Capitulo I: De una noche a otra, tengo una hermana.

17 0 0
                                    

Normalmente Miguel no tenía sueños.

Y si los tenía solían ser malos.

Estaba parado en un campo, no era la primera vez que pasaba, sus sueños solían empezar siempre en el mismo lugar y después se derrumbaba. El pasto estaba reluciente, tenía un color verde, puro, generaba una sensación de calidez y tranquilidad, el sol bañaba el campo con mucha intensidad. Nunca sabia bien que hacer en los sueños, así que simplemente se dejaba llevar, empezó a caminar en el campo, cuando el suelo se derrumbó. Miguel sabía lo que se venía. Quiso agarrarse del borde, pero como siempre, no pudo, empezó a caer en un precipicio, lo único que veía era negro puro, hasta que cayó sobre sus pies y el paisaje era completamente diferente. Lo primero que sintió, fue algo suave, al mirar abajo, noto que estaba sobre basura. Cuando salió del basurero, se encontraba en un callejón, las paredes estaban húmedas y empezó a sentir el dulce olor de donde se había sentado. Empezó a caminar por el callejón, el olor a basura era muy fuerte, sentía como si fuera a vomitar en cualquier momento. Al salir fue cegado por la luz del sol.

Cuando recobro la vista, pudo ubicarse, estaba en la calle Corrientes, era una avenida muy grande, en el lugar de donde había nacido, Buenos aires Argentina. Empezó a caminar entre la gente, pero parecía como si nadie lo pudiera ver. La gente lo atravesaba, intento hablar con la gente que pasaba, pero no le respondían, era como si fuera un fantasma. A lo lejos noto una silueta que lo estaba mirando, al acercarse, se encontró a una persona con la tez morena y traje negro con rayas. Tenía un sombrero que le hacía juego. Sus ojos eran negros puros, como el abismo mismo, emitía un aura a muerte y tristeza. Abrió la boca y empezó a escucharse una voz, a pesar de que los labios no se movían, Miguel podía reconocer que voz era...la de su padre. 

"-Hijo mío, ven a tu hogar y busca a tu hermana"- dijo el hombre de saco. De repente la tierra empezó a sacudirse, parecía que estaba viajando a una velocidad increíble, cuando todo se calmó se encontró en su barrio de la infancia, a unas cuadras de su antigua casa. Le vinieron recuerdos de cuando vivía allá con su padrastro y su madre, al mirar alrededor no vio al hombre, pero seguía sintiendo esa presencia.

"- Tienes una misión no me falles"- decía la voz.

A lo lejos podía ver a una chica, debía tener unos dieciséis años, tenía el pelo negro y unos mechones violetas, llevaba unos jeans rasgados y una campera de cuero, en su brazo colgaba una pulsera de plata. Miguel quiso acercarse, pero las sombras empezaron a abrazarla, intento correr pero sus piernas no le respondían y al final la hundieron en la tierra. Lo siguiente que recuerda es que estaba en su cama en la cabaña número veintinueve, del campamento mestizo.

Ah sí era un semidiós, un hijo de un mortal y un dios.

A pesar de que suena divertido no lo es, la mayoría de las veces los semidioses no suelen ser felices, son atacados constantemente por monstruos, de hecho pocos llegan a vivir mucho, y el único lugar seguro era un campamento de verano, que para su conveniencia, le quedaba al otro lado del continente. Su cabaña estaba vacía, era el único residente, su padre no era muy bueno que digamos, así que solo tenía un hijo, o reconoció a uno. El campamento está compuesto por varias cabañas, cada uno a un dios específico, donde viven los hijos del mismo, la suya le pertenecía a Tánatos. Si el dios de la muerte, la parca, la cegadora de vidas, ese mismo. Se pueden imaginar que su vida no fue la mejor. La cabaña era toda negra por dentro y plateada por afuera. Tenía una luces violetas que iluminaban todo, Miguel se arrepentía de haberlas puesto, ya le costaba ver de por sí, esa luz no ayudaba. No estaba muy decorada, ya que era el único residente, no sentía la necesidad de decorarla. Al fondo de la cabaña había una estatua de su padre, con la boca abierta que escupía agua. A Miguel, siempre le pareció como si estuviera vomitando, cada tanto le hacía ofrendas, pero ese sector le servía para mojar su cara, También tenía un piano eléctrico que solía tocar, cuando estaba aburrido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 09, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Hijo de la Muerte( Percy Jackson Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora