El comienzo de un anhelo

Disclaimer: Tian Guan Ci Fu pertenece a MXTX y la imagen de la portada fue subida en la cuenta original del Donghua! Créditos a su artista.

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No mucha gente puede jactarse de decir que recuerdan todos y cada uno de los momentos de su vida, para la mente humana es meramente imposible el hacerlo. Hay tantos pensamientos inútiles y sucesos insípidos que ocupan espacio en forma desmedida, que la memoria no los toma en cuenta.

Mi maldición y mi fortuna es recordar cada instante que he pasado durante mi existencia que puedo decir con todo lujo de detalles cualquier por menor. Pero hay un momento por sobre los otros que conservo como mi posesión mas valiosa. No tiene un comienzo alegre, por el contrario... me encontraba tan cansado, triste y desalentado. Solo tenía pocos años de vida y ya deseaba con todo mi corazón que se terminaran.

La crueldad de algunos seres vivos que se dicen humanos no tiene límites. Construí una gran coraza a mi alrededor para que las palabras que se clavaban como dagas en mi corazón no me afectaran tanto, a pesar de ello era inútil. La tristeza se colaba cada vez más en mí, haciéndome el espíritu pesado y mermando mi deseo por continuar el camino que apenas comenzaba.

Un buen día, donde todo a mi alrededor era barullo, alegría y buena ventura, decidí acabar con todo. Caminé por las calles que se vaciaban poco a poco de gente que pasaba apresuradamente, riendo y charlando del gran acontecimiento en la ciudad. Aquellos seres afortunados y despreocupados pasaron a un lado de mí sin reconocer mi presencia. Ahora me doy cuenta que siempre estuve destinado a ser un fantasma, alguien que desaparecía entre las sombras y nadie se daría cuenta de ello.

Escalé, no sin poco esfuerzo, hasta el punto más alto de una construcción; mis pies estaban cansados de tanto caminar bajo las condiciones del clima y el estado de las calles, mis manos estaban laceradas de todas las veces que habían detenido mis caídas al suelo de manera infructuosa. Estando en la cima pude observar el paisaje del cual no encontraba belleza alguna, los cielos no me parecían hermosos como muchos decían, la hierba no era más verde ni los ríos más azules. Caminé hasta posar mis pequeños pies en el borde sin observar hacia abajo y di un salto hacia adelante.

El aire intentaba refrenar mi caída obviamente sin conseguirlo, aunque fuese solo un pequeño mi peso era superior y la gravedad simplemente estaba haciendo su trabajo. Cerré los ojos en espera del impacto que terminaría con mi vida, pero repentinamente fui atraído por el calor y la suavidad de unos brazos que me tomaron con tanto cuidado que casi dejé salir las lágrimas que hacía mucho contenía.

Ver esa hermosa figura, aún sin verle el rostro con detalle y por el solo hecho de su acción, para mi fue la persona más hermosa que había conocido. A pesar de la reticencia de los subordinados, sacerdotes y demás personas, mi salvador no se deshizo de mí, por el contrario, me procuró al ver el estado en que me encontraba.

En ese momento me juré a mi mismo retribuir esa gentileza y generosidad del alma tan noble que habitaba el cuerpo del príncipe Xie Lian.