"Quiero pensar que no es mi culpa, sentir que nunca paso... difícil es para mí afrontarlo. Ese día quedo clavado en mi mente como si de un cuchillo de tratase, que atraviesa y es doloroso querer sacarlo porque de igual manera no se puede"- pensando se decía ensimisma puesto que esos recuerdos para ella eran una espina en el corazón, pero no cualquiera sino la más grande y afilada que podría existir.
Los adultos a veces no comprenden lo que sentimos, todos cuando somos niños ya tenemos en nuestra mente que nos convertiremos en esos "adultos" que no podremos evitar ser a medida que crezcamos, cuando tenía once años leí un libro que me dejó un pensamiento algo extraño en ese entonces: "Los adultos siempre dicen que son serios y deben actuar así"
Me dí cuenta que era algo cierto... siendo sincera fui educada de ese modo. En esos momentos de mi niñez que se iba yendo poco a poco, aunque a mi parecer eso era más rápido de lo que creía, me trataron con mucha seriedad; siempre debía responder adecuadamente, no actuar como una niña sino como adulta y solamente tenía once años.
Sabia que a muchos les parecía extraño que me sintiera así, al menos a los de mi "clase", que una niña de once años actuara como... bueno una niña en si. Cuando les decía a otros niños de mi edad que fuéramos a jugar a las escondidas o trompos ellos no querían, ni siquiera salta soga o rayuela eran muy aburridos, pero más que eso "serios", me daba tanta rabia que solo tomaran té; no jugaban o saltaban, se suponía que eran niños aún no adultos y eso era en las reuniones de mis padres con sus "colegas", los cuales para mí solo eran hipócritas que se reían de todos a sus espaldas.
Y en una de esas reuniones paso lo que nunca pensé que sucedería, el detonante de mi ira absoluta, fue esa fatídica noche. Mis padres estaban hablando con sus "colegas" como siempre lo hacían en cada reunión, mientras yo me quedaba en un rincón como la niña "rara" del lugar, con ideas "absurdas",lo que para mi era diversión para ellos era "absurdo"; dentro del salón estuve mirando por una ventana en mi rincón de las reuniones y de repente alguien me molesto no recuerdo bien quien era, lo conocía pero no puedo recordar, fue ese suceso lo peor que me había pasado.
-"Eres una niña tonta y muy rara, acaso no te das cuenta de que debes madurar y olvidar esos jueguitos tuyos que nos dices; ya nos tienes cansados eres muy irritante"- decía aquel niño esa noche, no paraba de decir esas cosas; me recordaba a mis padres y todas las personas que me decían lo mismo, ya estaba harta-"Mírate eres solo un bicho raro no perteneces aquí" , " Solo estorbas", " Madura ya", " Nadie quiere ser tu amigo porque tus ideas son tontas", "Sé realista niña debes poner los pies en la tierra"- y siguieron hasta que...
"¡Ya no me molesten los únicos aquí que son tontos y tienen ideas que no se deben tener a nuestra edad son ustedes, acaso saben que son niños y no adultos vivan su etapa de una vez, IDIOTAS"-la ira fue enorme, tanto que lancé mi silla hacia ellos y empece a destruirlo todo, no me importaba nada en ese momento al terminar corrí hacia mi cuarto y no salí de allí.
Tiempo después cuando iba a la escuela todos los niños me miraban como siempre en si, solo que peor, desde que se enteraron de esa noche. Un día caminaba por el pasillo cuando un niño coloco su pie y me hizo tropezar, luego salio corriendo y al levantarme me hizo una seña mientras se iba, en eso me di cuenta de que no pararían. Y así pasaron los días más terribles de mi vida.
Y mis padres siempre estaban en el trabajo no tenían tiempo para mi tampoco y cuando los veía sin nada que hacer al preguntarles si querían jugar o tener un momento en familia decían lo mismo de siempre: "Será más tarde ahora debo hacer cosas importantes".
Eso me dolía la verdad, su trabajo más importante que yo... pues me acostumbre a escuchar eso así que jugaba sola puesto que nadie me molestaba en mi casa ni me juzgaba.
Los inviernos eran muy fríos y daban un sentimiento de soledad para mi, ni Navidad se salvaba solo me quedaba quedarme en una silla mirando por la ventana los copos de nieve caer y lo genial que hubiera sido para mi en esos momentos su atención que hasta ahora sigo deseando ya que sigo sin tenerla.
Nadie comprende lo que siento,a veces me digo "no, es algo que quiero superar, son cosas del pasado",sin embargo siguen pasando ese sentimiento de soledad e incomprensión siempre me abruma.
By: Alanna
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Los incomprendidos
Teen Fiction"Era invierno, el frío dominaba a toda la ciudad, nadie salía solo se quedaban dentro de sus cálidos hogares. Niños junto a sus padres disfrutando de una taza de chocolate caliente y galletas con chispas del mismo. Recuerdos pasan por mi mente de a...