Capítulo 1

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Camil:

"Buenos días jóvenes, me presento... Mi nombre es David Blake y soy su nuevo profesor de literatura. Espero que podamos tener un curso tranquilo y sepan comportarse como los adultos que son"

Recuerdo bien la primera vez que conocimos al Profesor David Blake, todas quedamos atontadas ante tal hombre, era jodidamente guapo y bastante joven para ser nuestro maestro, más considerando que nuestro ultimo profesor de literatura era un señor obeso de 50 años que lo único que hacía era contarnos de sus matrimonios fallidos mientras comía su habitual hamburguesa y manchaba su amarillenta camisa con salsa de tomate.

Y vaya que recuerdo el día que llegó, tuve problemas con el desde el primer instante que apareció por esa puerta, lo que tenía de guapo lo tenía de arrogante y odioso.

-Bien jóvenes, no sé en qué se hayan quedado con su antiguo profesor pero les recalco que ahora tendrán que trabajar a mi modo y a mi ritmo._ su voz era bastante fuerte e imponía respeto.

Nadie en el salón emitía palabra alguna temiendo tener problemas con el nuevo profesor, solo estábamos atentos a cada movimiento que realizaba.

¿Cuántos años tendrá? ¿A caso tendrá novia?
Joder Camil, nada de eso debe de interesarte.

-Me llevará algo de tiempo ubicar sus rostros pero lo haré poco a poco._ su mirada se posó en mi y me miró de arriba a abajo.-Tal vez unas las reconozca mejor que otras.

¿Me había coqueteado a caso?

Se quitó su saco para poder moverse mejor, solo pude soltar un ligero suspiro al notar sus trabajados músculos que traspasaban su camisa... No era Hércules pero se veía bastante bien, sus brazos quedaban a la perfección con el resto de su cuerpo pues eran fuertes pero no toscos. Se veía que con esas manos podía ahorcar a alguien.

En un movimiento algo torpe tomó el libro del escritorio en sus manos.

-Por favor abran su libro en la página 1437.

En un descuido dejó caer el libro de entre sus manos, rodando los ojos y maldiciendo en voz baja se agachó para recoger el libro, regalandome una gran vista de su trasero ya que mi asiento estaba frente al escritorio.
Instintivamente mordí mi labio agradeciendo la hermosa vista que mi nuevo profesor me había proporcionado.

-Señorita, ¿A caso me estaba viendo el trasero?_ preguntó con su ronca voz sacándome de mis pensamientos.

Me ruborize al instante al darme cuenta que no había apartado la vista de su cuerpo delatando mi mirada acosadora.

A mi oficina. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora