Introduccion

2.4K 220 200
                                    

No podía hacer nada más que ver al suelo de azulejo blanco, como si no me importara lo mucho que mi madre estaba enojada y que probablemente me esperaba una fuerte reprimenda en casa. Respiraba normalmente, más por dentro trataba de evitar la mirada de mi madre, porque yo era  de los que creía que sí no voltea el regaño no contaba, mientras que en mi mente decía repetidas veces.

"no es a mi, no es a mi"

Y la verdad prefería distraerme viendo el piso como un puto retrasado, que ver las miradas disimuladas de mi madre diciendo.

"cuando lleguemos a la casa, tendrá que venir por ti recursos humanos después de la golpisa que te voy a dar"

La voz de el director de mi escuela solo decía lo meramente necesario, seguramente se había dado cuenta que me esperaba el futuro más oscuro, y esa era su forma de despedirse de mi ya dado por muerto espíritu.

Les diré una frase que describirá la razón de el porqué me encontraba en esa situación tan peligrosa en muy resumidas cuentas.

"mis amigos son unos traidores"

¿Que, Porque?...

Pues porque los idiotas que tengo como amigos y yo estábamos haciendo grafitis en las paredes de la escuela, si decisión algo estupida a decir verdad. Pues los hijos de... Su madre, decidieron que era mejor hacerlo en los malditos pasillos, más estupido aún. Para terminarla de cargar, uno de las latas de pintura estaba defectuosa, y mis traidores amigos, no me avisaron que alguien venía en nuestra dirección y solo se fueron corriendo mientras yo abria la maldita lata defectuosa, lo cual iso que la pintura saliera disparada a la persona que venía directo a mi, quien para mi desgracia era el maldito profesor de matemáticas, el cual de por sí ya me odiaba. El viejo chocho me acuso con el director, una cosa llevo a la otra y ahora me encuentro aquí, agonizando incluso antes de sentir el primer golpe.

- perdone señor director, ya veré una forma en que Rubén arregle lo ocurrido.. -

-lo ciento pero creo que su hijo no podrá quitar toda la pintura púrpura de las paredes ni de mi camisa. - aquello lo había dicho el profesor de matemáticas, quien me veia con el seño más burlon que nunca me dedico.

" viejo hijo de puta"

-yo podría pagarle la camisa... - dijo mi madre en un intento de cubrirme, lo cual significaba un...

"si era una golpisa ahora pague por una segunda ronda"

Yo trague seco...

-no señora Doblas, así esta bien, solo   un pequeño castigo en casa, le mostrará un poco de modales... - el profesor me "ayudo" con la situación, nótese mi sarcasmo. Apreté con mi mano derecha mi sudadera blanca, ahora llena de manchas moradas de pintura en aerosol. Estaba nervioso, ansioso, la verdad es que ya quería irme, no tenía mucho entusiasmo en llegar a casa eso era seguro, pero era más tranquilo respirar algo que no fuera el aire frío de el aparato de ventilación de la oficina de el director el cual estaba acompañado de la ostigante y extrama fragancia a perfume de anciano de el profe de mates.

- está bien, yo pensaré en el castigo - sentí como una corriente de terror frío bajo por mi espalda al tener la total atención de la mirada de mi madre sobre mi, por Dios, ya quiero irme de aquí...

BAILEMOS // RUBEGETTA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora