After Midnight. | nomin TWO SHOT.

SEGUNDA PARTE

—Es hora de perder el maldito orgullo, Jeno.

Las palabras de Jaemin quedaron en segundo plano cuando lo único que le importaba a Jeno era la manera en que movía sus caderas en aquel tortuoso vaivén. Jaemin estaba jugando con fuego, le estaba desquiciando a tal punto en que gruñía como si fuese un lobo a punto de devorar a su presa.

Y Jaemin era la presa perfecta para esta noche.

Lastima que hubiese una parte de él que aún era consciente de la situación y, joder, estaban en público. Y en otro momento Jeno hubiera mandado todo a la mierda pero se trataba de una fiesta en la cuál estaban sus empleados, socios y amigos. Una celebración únicamente por trabajo.

—Joder Jaemin estamos en público —sus palabras salieron como un suspiro ahogado contra los labios de Jaemin que habían atacado su boca de forma abrupta en un beso lejos de ser delicado. Recobró la fuerza y sus manos se apoyaron en los hombros de Jaemin, rompiendo el contacto del beso y de sus labios salió un chasquido.

Jaemin simplemente se dignó a abultar sus labios en lo que fue un puchero, haciendo que Jeno se sintiese confundido por lo cambiante que era. Hace solo unos segundos el menor quemaba contra el como si fuese el mismísimo infierno y ahora parecía un puto ángel caído del cielo.

—Una habitación —aquello salió en un hilo de voz y Jeno miró confundido a Jaemin quién seguía agitado y esta vez miraba hacia los lados como si tuviese miedo de ser descubierto—. Hay.... Hay habitaciones en esta casa, podríamos...

—No me jodas Jaemin. No vamos a tener sexo, y mucho menos en este lugar...

Joder.

Sintió que el aire faltaba en sus pulmones cuando una corriente eléctrica invadió su espina dorsal y mordió con fuerza su propio labio hasta abrir una pequeña herida.

Las traviesas manos de Jaemin se habían escabullido por el pantalón de Jeno y, sin tener una pizca de consideración, apretó y masajeó a su antojo la erección que yacía presente.

Oh, Jaemin le estaba masturbando.

El mayor realmente quería maldecir, quitarse al chico de sus piernas, gritarle y luego irse de allí, pero no se encontraba en debidas condiciones cuando se dió cuenta de que Jaemin lo tenía ante sus pies y sin importarle aquello, quiso dejarse llevar por el momento.

—Maldición... —murmuró con aquella voz ronca y de sus labios salieron largos suspiros los cuales Jaemin disfrutó de oír.

—¿Te gusta como lo hago, uhm? —el tono inocente que había empleado solo hizo gruñir a Jeno y su erección endureció ante el tacto que Jaemin seguía manteniendo. Jeno gruñó en respuesta y el castaño sonrió ampliamente al notar lo sensible que Jeno se estaba volviendo ante sus toques y apretones sobre su erección—. Pensé que no querías nada... digo, eres mi hermanito, esto no está bien.

—Cierra la maldita boca.

—¿Por qué no me la cierras tú? —desafío junto a un apretón en la punta de su miembro.

Jeno había llegado a su límite y se lo hizo saber al menor cuando lo tomó fuertemente de las caderas y tiró de él hasta que sus pechos estuviesen uno junto al otro.

Jaemin tembló ante el tacto y un suspiro salió de sus labios, aprovechando la cercanía mordió con suavidad el lóbulo de su oído y sonrió cuando Jeno gruñó.

—Vete de aquí —murmuró con voz ronca y Jaemin sintió la erección de Jeno cuando se movió con sutileza—... Busca una maldita habitación y vete. No digas nada. Voy luego.