La ciudad de Londres se levantó con el cielo encapotado. Las nubes no dejaban pasar los rayos de sol. Alice Knight, de 17 años, salía de su vieja y gran mansión, probablemente llevaba ahí desde el siglo XIX.
Alice caminaba tranquila, todavía tenía tiempo hasta que sonara el timbre. Era la mejor estudiante de su colegio, pero odiaba ir allí. Estaba aburrida, vivía sola y en clase no tenía amigos. Vivía por y para las novelas policíacas. Sus favoritas eran las que escribía su padre, un conocido escritor.
Por otra parte, Emily Watson, también de 17 años, salía de su casa preparada para otro día de colegio. Era una chica lista y con mucho potencial. Era la única hija del jefe de policía, y más de una vez le había ayudado a resolver algún que otro caso. Gracias a esto se había ganado una buena reputación en el instituto y era querida por todos.
Cuando llegó a clase vio a su compañera, Alice, sacando los libros.-Buenos días, Watson. -Saludó la rubia de pelo largo.-
-Buenos días, Knight.
No se llevaban especialmente bien. Alice la miró un poco molesta mientras se acomodaba sus finas gafas grises que contrastaban con sus ojos verdes y su piel pálida.
-¿Algún problema? -Dijo Emily notando que la otra la miraba mucho.-
-No, ninguno. -Contestó con seguridad.-
Unas compañeras de las joven detective llegaron y corrieron a comentarle las ultimas noticias.
-¡Emily! ¿Has leído el periódico de esta mañana?
-No, todavía no.
-Al parecer Little Rabbit va a robar esta noche en el museo.
-¿Que dices?
-Si, ¿no lo sabias?
-Mi padre no me ha dicho nada.
-Vaya... Bueno, si tu padre va a ir al museo nos lo cuentas todo ¿vale?
-Ya veremos. -Rió.-
Alice se mantenía atenta a la conversación desde su sitio.
"Ja. Con que Little Rabbit, ¿eh?"
Little Rabbit era una ladrona que se dedicaba a robar piezas muy caras. Ya había robado dos cuadros y dos joyas en las narices del cuerpo de policía. Le gustaba dar espectáculos y ser el centro de atención.
* * *
El museo estaba rodeado de policías. Emily había conseguido convencer a su padre para ir con él al museo, estaba emocionada, quería ver a la ladrona y atraparla.
A las 12 de la noche, mientras el Big Ben daba las campanadas, una carta de póquer cayó del cielo. No se oía nada, sólo los coches de gente que volvía a sus casas.
La detective estaba asomada a la ventana y cuando vio la carta cayendo la cogió al vuelo."Las estrellas y la Luna se alinean trazando el camino de la victoria.
Little Rabbit."Antes de que pudiera asimilar la situación , toda la gente que estaba reunida en los alrededores empezó a murmurar, y la chica miró hacia el cielo.
Una joven de pelo corto y rubio, vestida muy provocativa, con una cola de conejo en la falda, caminaba por el cielo.
Tap, tap.
Cada paso que daba, era como pegarse un tiro para la detective. Lo que menos se esperaba era que la ladrona apareciese caminando por el cielo.
Little Rabbit se subió a la azotea de un salto, se quitó el sombrero , hizo una reverencia y tras lanzarlo al aire desapareció.Emily reaccionó a lo que acababa de ocurrir y rápidamente cogió el walkie talkie de su padre.
-A todas las unidades, repito, a todas las unidades, Little Rabbit está en el edificio . Máxima seguridad en el ala este.
Se guardó el walkie en el pantalón y dejó la sala de cámaras del museo para ir corriendo a la sala donde se encontraba "El zafiro de la sirena", una estatuilla hecha de zafiro de una bella sirena.
No aparecía nadie.
Tic Tac Tic Tac Tic Tac
Empezaba a impacientarse. Ya había pasado casi media hora y nadie había aparecido por la sala. Ni si quiera había recibido ningún aviso de que avistamiento en el resto del edificio. Su padre, al ver que no aparecía, dio la orden de retirada, y los policías se dispersaron por el edificio.
Dejar escapar a Little Rabbit no estaba entre sus planes y mientras que los policías se esparcirá por el edificio, ella y otros dos se quedaron en la sala.
Más de media hora después, vio un par de pies descalzos que colgaban sobre la vitrina que contenía El Zafiro de la Sirena.
Sigilosamente se acercó a un guardia que custodiaba la puerta y le quitó las esposas. Se giró. La ladrona ya estaba maquinando la apertura del cristal.Mientras la detective se acercaba a la ladrona, esta ya había abierto el cristal y se disponía a cambiar la estatuilla de zafiro por una réplica casi exacta. Justo en el momento en el que dio el cambiazo le colocó una esposa en la mano derecha.
-Quedas detenida, Little Rabbit.
Esta no contestó, simplemente soltó una pequeña risa mientras que dejaba una mano de pega en las esposas y ella daba una gran salto para agarrarse a una especie de cuerdas y huir por donde había venido con su botín.
Emily miró como se iba sin entender nada. La alarma sonó y varios policías corrieron a la sala, pero al ver que la figura seguía allí no se preocuparon.
* *
La detective se encontraba en la puerta del museo sentada y tratando de darle alguna explicación lógica a lo que había pasado. La había tenido tan cerca...
Se llevó las manos a la cabeza derrotada.+A la mañana siguiente+
Alice llegó temprano a clase y aprovechó para leer un poco antes de que llegaran los demás.
Escuchó los pasos de alguien.-Buenos días. -Saludó educadamente, pero sin despegar la vista del libro.- Watson.
-Buenos días.
-No he tenido ocasión de leer el periódico esta mañana, ¿consiguió tu padre atrapar a la ladrona?
-No, no la atrapó.-Dijo algo fastidiada.-
-¿Huyó?
-Si.
-Que mala suerte. -Lamentó la ojiverde mientras que en su rostro se formaba una pequeña sonrisa.-
--------------------------------
Hola mis churris. Bueno, pues hasta aquí el primer capítulo. Como nota decir que esta historia la escribí hace tres años con una amiga y la verdad es que ahora el argumento dista mucho de lo que era.
No os entretengo. Disfrutadla coño.Y Feliz Navidad. (Aunque odio la Navidad)