Atrapados (One-shot Raphanardo)

Me atrapaste

-----(Narrador omnisciente)-----

Leo: No puedes separarte un poco!?.- Cuestionó con fastidio poniendo sus manos en el pecho de su hermano, pero fue totalmente en vano debido a la peculiar situación en la que se encontraban.

Rapha: Tú qué crees, genio!?.- Soltó un gruñido por la frustración y siguió empujando con todas sus fuerzas el techo de la trampa, pero le quedó claro que no sería capaz de hacer algo útil en ese momento.

Ambos se encontraban dentro de una especie de caja de una aleación metálica desconocida para la raza humana, la trampa era de un tamaño muy reducido. Un humano de estatura promedio tendría que estar de rodillas y encorvado para lograr caber y, aún así, sería muy incómodo... Por eso estaban pegados sin nada de separación, siendo el líder quién estaba debajo del temperamental.

Leo: Esto no hubiera pasado si siguieras mis órdenes!.- Gritó con una notoria molestia viendo fijamente esos ojos verdes, esa situación se pudo haber evitado por completo si tan sólo su hermano no fuera un necio todo el tiempo.

El mayor estiró sus piernas lo más que pudo y golpeó la pared que estaba detrás de Rapha con todas sus fuerzas pero, por mucho que se esforzara, nada iba a suceder. Estarían atrapados allí hasta que Donatello encontrara la manera de ayudarlos desde afuera.

Rapha: Sí te hiciera caso, aún estaríamos haciendo tu aburrida vigilancia!.- Siguió tratando de desprender el techo canalizando toda su rabia sobre sus puños, pero el no poder lograrlo sólo lo hizo enfurecer más y por eso se desquitaría con la persona que tenía delante.

Los dos se cansaron ya que estaban llevando sus músculos al límite, finalmente se resignaron y dejaron de intentar escapar. Pero la penetrante mirada del temperamental estaba poniendo muy nervioso a Leonardo, ya que él tuvo la culpa de todo y aún así se atrevía a decir que era inocente.

Cuándo el de ojos verdes entró a un edificio abandonado que era vigilado por Kraangs, sin la aprobación de su líder, los alienígenas acorralaron a los jóvenes y la pelea se hizo cada vez más peligrosa. Y Raphael, al ser tan impulsivo cómo siempre, fue directo a una trampa sin darse cuenta a tiempo... Por eso Leonardo se lanzó a él, tratando de salvarlo, pero no resultó para nada bien.

Leo: Ahh... Eres insoportable a veces.- Suspiró profundamente cerrando sus ojos para tratar de mantener la calma, estaba muy preocupado por sus hermanos ya que no podía ayudarlos ahora... Esperaba que pudieran arreglárselas solos.

Rapha: Al menos en eso estamos de acuerdo.- Se cruzó de brazos mirándolo con molestia, no fue su intención que acabaran atrapados, pero le estaba dando un sermón sin motivos. No iba a permitir que le echara la culpa sin dar pelea.

Los profundos ojos azules del líder se abrieron repentinamente, logrando erizarle la piel al menor, se había molestado mucho pues los gritos y golpes de parte de Mikey y Donatello se escucharon fuertemente. Debería estar ayudándolos, pero en cambio estaba acorralado por culpa de los caprichos de Raphael.

Leo: Si hubiera más espacio, te partiría la cara.- Murmuró fríamente poniendo sus ojos blancos y apretó fuertemente sus dientes y puños. Todos eran su responsabilidad y sí algo les pasaba... Simplemente no podría soportarlo, por eso sus niveles de estrés estaban sacando sus instintos más violentos a la superficie.

Un escalofrío recorrió por completo el trabajado cuerpo de Raphael, no era nada fácil hacer enojar a su hermano hasta ese punto... Por esa misma razón un calor en su pecho lo hizo estremecer, ver a Leonardo así de furioso... Era tan excitante.

Pero su rostro no mostró una sola emoción, no iba a revelar su mayor secreto esa noche. No, debía seguir pretendiendo ser alguien sin sentimientos con los demás... Ya que aceptar que su líder lo traía completamente enamorado sería el fin, esa verdad, romper a su familia, por eso nunca diría una palabra al respecto.