3.- "No cometas el mismo error".

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Ese Sábado, Choi Yena se levantó con más ánimos que de costumbre, incluso se despertó temprano. En otra situación, ni siquiera hubiese escuchado el sonido de su alarma.

Abrió su armario y observó todas sus prendas.

Por su mente pasó el vestirse con lo mejor de su guardarropa para ese día en especial, pero luego lo descartó para simplemente ponerse una blusa blanca y unos shorts de mezclilla. Recogió su cabello en una coleta alta y dejó que el cerquillo de su cabello cayera sobre su frente. Ella definitivamente no era chica que prefiriera el glamour antes que la comodidad, de todas formas, sabía que Yuri la amaba incluso si no se vestía pretenciosamente, ella la amaba con todas sus fuerzas, aunque ya la hubiese visto totalmente despeinada, desnuda, recién despierta, incluso con un rastro de baba seca en la comisura de su boca producto de una noche de merecido descanso y buen sueño, por ello, Yena tenía la certeza que Jo Yuri la amaría de igual manera, no importaba si se vestía con sus mejores galas, o de manera sencilla.

Cuando creyó estar lista se miró en el espejo comprobando su imagen y su sencillo maquillaje y sonrió.

Aunque se haya vestido de forma cómoda, eso no la exhortaba de lucir bien para su novia, y menos ese día tan especial...

El día del cumpleaños de su chica.

Yena bajó del autobús y se encaminó a la casa de su novia. Al llegar, abrió la entrada al jardín, y el perro de la familia Jo la recibió moviendo su cola.

Acarició la cabeza del animal para después acercarse a la puerta y tocar.

La recibió un hombre mayor y robusto quien le sonrió después de que Choi hiciera una reverencia mostrando su respeto para luego darle un apretón de manos al hombre.

—Yena, hija, ¿cómo estás? —dijo el hombre invitándola a pasar.

—Muy bien, señor Jo. —contestó la chica con una sonrisa. —¿cómo se encuentra usted?

El hombre satisfecho con la cordialidad de la chica le pidió que le siguiera a la sala de estar.

—Excelente, gracias por preguntar. Toma asiento, Yuri aún no está lista, ya sabes cómo se tarda años.

Yena rió ante el comentario del padre de Yuri y se sentó en el sillón cuando entró a la sala la madre de su novia.

—¿Quieres algo de tomar, hija? —le ofreció la mujer amablemente.

—Agua, lo agradecería bastante, hace un montón de calor. —la mujer salió de la sala para regresar con el vaso de agua helada que la chica le había pedido. Yena lo recibió dando una reverencia y agradeciendo el gesto. 

En esos momentos, Yena se encontraba charlando casualmente con el padre de Yuri sobre las clases de la chica y el trabajo del mayor.

Yuri y Yena llevaban tres años saliendo, y si bien al principio los padres de la menor se mostraron un poco reticentes ante el hecho, con el tiempo fueron capaces de aceptar la relación de su hija. No les había quedado de otra, Yuri siempre fue una hija ejemplar y cuando se dieron el tiempo para conocer a la chica que hacía tan feliz a su pequeña, quedaron encantados con la persona que era Choi Yena. Una chica de buen corazón, amable, respetuosa, responsable y que por sobre todas las cosas, ante ponía la felicidad de Yuri sobre cualquier cosa.

Choi Yena se ganó a pulso el corazón y la confianza de los señores Jo.

—¿A dónde piensan ir hoy? —preguntó la madre de Yuri, en medio de la plática.

—Planeamos ir al parque de diversiones con las chicas de la clase y festejar su cumpleaños.

—Me parece perfecto —acotó el hombre —ya sabes, no me la regreses muy tarde.

Entre millones de sueños. [Sakura&Chaeyeon][IZ*ONE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora