Kazemaru y los Pingüinos

973 86 282
                                    


Desde hace varios días el Instituto Imperial está viviendo una situación fuera de lo normal, pese a que nadie lo ha notado... nadie excepto por Kazemaru Ichirouta. Aquél joven que vino como parte del comité de reforzamiento lleva varias semanas callando la extraña situación y lo ha hecho precisamente porque nadie más parece notarlo, solo él.

Hay pingüinos en el Instituto Imperial...

Y sí, Kazemaru es consciente de que a manera general el colegio, más específicamente el equipo de futbol, se enorgullece por su Pingüino Emperador #2. Pero lo que él veía no tenía precedentes y había que admitirlo, tampoco tenía lógica.

Todo comenzó durante uno de los entrenamientos, después de terminar la jornada de clases, estaban cumpliendo con el club. Se realizó un partido de práctica y el desenlace del partido lo definió el Pingüino Emperador #2 realizado por Sakuma, Fudou y él, hasta el preciso instante en que se marcó gol, todo era normal. Escucharon el silbido que indicaba el final del partido y los declararon ganadores, siendo el equipo titular contra un equipo formado por el resto de los miembros del club, el resultado era obvio.

La gran mayoría de sus compañeros se encaminaron hacia las duchas y él se encargó de guardar los balones y algunas cosas que estuviesen mal puestas luego del entrenamiento, desde que llegó Kageyama le había encomendado esa tarea y ciertamente no era su actividad favorita, pero la cumplía sin quejas. Ahora, es aquí donde notó por primera vez esa "extraña situación".

Cuando se acercó a recoger el balón abandonado dentro de la portería que marcó el gol final del partido...encontró 5 pingüinos jugando.

¡¿QUÉ?!

Dejó caer algunas botellas que tenía a mano y se talló los ojos, pero ahí seguían los cinco pingüinos. No supo cuánto tiempo permaneció admirando a las criaturas que correteaban dentro de la portería, pero parece que fue lo suficiente, como para que varios de sus compañeros salieran de los vestidores.

- ¿Aún no terminas de recoger Kazemaru? – se le acercó extrañado el capitán. Generalmente el defensa era muy eficiente en su trabajo, por lo que amablemente ofreció - ¿Necesitas ayuda?

Junto a Sakuma, estaba Genda dispuesto a colaborar también. Varias veces se quedaban a ayudarlo a terminar más rápido, pero normalmente Kazemaru tenía todo en orden él solo.

- ¿Están viendo lo mismo que yo?

Ignorando lo dicho por Sakuma, Kazemaru señaló hacia la portería donde los pingüinos saltaban unos sobre los otros o se perseguían con sus curiosos y tambaleantes pasitos.

- ¿Qué cosa? – Genda solo veía el balón dentro de la portería.

- ¿Qué se supone que estamos viendo? – se acercó Fudou curioso al trío que observaba la portería.

- ¿Cómo no los ven? Están ahí. – insistió el defensa.

-Kazemaru, ve a ducharte y nosotros nos encargaremos de limpiar todo. Por hoy será mejor que descanses, el entramiento ha sido bastante pesado esta semana. – sugirió el capitán.

Obviamente Kazemaru entendió que lo estaban tomando por loco, porque los tres lo miraban condescendiente.

Igual cabía la posibilidad de haberse sobre esforzado esa semana y que su cabeza le estuviera jugando una mala pasada. Dio una última mirada rápida a la portería y negó rápidamente cuando uno de los pingüinos lo saludaba con su aleta.

Necesitaba un descanso urgente.

-Tal vez tengas razón, creo que necesito descansar. – se alejó del grupo camino a las duchas, mientras se frotaba los ojos. No quería volver a ver pingüinos que no salieran de técnicas especiales.

Kazemaru y los PingüinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora