Ya pasaron más de dos meses del suicidio de mi hija y todavía no lo supero; todavía me acuerdo de lo que me dice en mis sueños:
"¡Por tu culpa estoy en el infierno!" mientras me ahorca.
No puedo seguir echándome la culpa; mañana iré con algún psicólogo.
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La Sangre de su Cuerpo
Short StoryLas verdades siempre salen a la luz y ésta vez la verdad se atrasó