Love alarm.

Tan perfecto y tan único...

Un día una niña llamada Alicia iba caminando directo a su escuela, pues era su primer día, cuando de repente se tropezó con un niño y los libros de ambos cayeron al suelo, Alicia sólo se disculpó sin voltear a ver al niño, recogió sus libros y salió huyendo de ahí. En el salón, Alicia se encontraba sentada leyendo, sin embargo, ella de reojo vio una figura posar frente a ella a la cual decidió no prestar mucha atención, pero ella se percató de que la figura seguía ahí, esperando, así que Alicia interrumpió su lectura y subió la mirada para observar quién era la persona que se encontraba frente a ella, Vaya sorpresa para ella!

Era Erik, Erik era el niño más hermoso que existía en el colegio, todo aquel que lo veía terminaba enamorándose de él y para la sorpresa de Alicia, él era el niño más hermoso que sus ojos jamás hayan visto antes. Alicia no podía creer lo que sus ojos veían, era un ser tan espectacular que ella sólo se le quedó observando fijamente, aunque podía sentir como sus mejillas tomaban un tono carmesí.

Ella no podía dejar de ver al espectacular monumento posado frente a sus ojos, era simplemente inexplicable lo que ella podía sentir con tan sólo verlo, su corazón empezó a acelerarse muy fuerte, tanto que podía escucharlo en sus propios oídos, su estómago se empezó a sentir extraño y por alguna razón que ella no entendía se sentía terriblemente nerviosa, no podía salir ni una sola palabra de su boca, era sólo un chico, pero vaya chico... No era un chico cualquiera, sin embargo, cualquiera que lo viera sabría que aún en la situación más trivial se vería hermosamente perfecto.

Cuando Alicia pudo superar su trance en el que se había quedado atrapada, se percató que Erik le estaba hablando, resultaba que él era el chico con el que se había tropezado minutos antes y ella había confundido uno de sus libros llevándose el de Erik en vez del suyo.

Alicia una vez más se sonrojó en un tono carmesí.

Finalmente Alicia se disculpó por la confusión e intercambió con Erik los libros. La clase comenzó y Erik decidió sentarse en la silla de al lado de Alicia y eso fue todo para ella... Alicia durante todas las clases no pudo concentrarse, todos sus pensamientos estaban perdidos en él, y ocasionalmente al maestro para que no la descubriera, ella estaba impactada, no podía creer que el niño más perfecto del colegio estuviera a un lado de ella, simplemente era imposible hacerle caso omiso, su cabello, sus ojos, sus labios, sus expresiones, su sonrisa, todo era hermosamente perfecto en él, era el mejor monumento tallado por los mismo dioses del Olimpo.

Saliendo de las clases, lo restante del día y gran parte de la noche se quedó el vivo recuerdo de él, daba vueltas y vueltas en su cabeza, Erik era ése niño difícil de sacar de tu cabeza se veía tan cerca y la vez tan lejos e inalcanzable, todas las niñas que pasaban y lo volteara a ver se enamoraban de él, sin embargo, Alicia no se iba a quedar así nada más, era diferente y si era necesario pelearía por él.

Al día siguiente en el receso Alicia firmemente se dirigió directo donde estaba Erik, estaba decidida a hablarle, quizá no a decirle que con sólo verlo se había enamorado perdidamente de él, pero al menos saludarlo. Se acercó a él, tocó su hombro, Erik la recibió con su encantadora sonrisa y Alicia se perdió, volvió a caer en un trance del que no podía salir, Dios!!! Éste chico podría matarla de amor y belleza, era tan jodidamente hermoso Alicia no reaccionaba, sólo lo veía fijamente, se estaba volviendo loca? O porque le era tan imposible decir una sola palabra un "Hola" un "¿Cómo estás?" Algo! Así que sin pensarlo Alicia tomó a Erik del cuello de la camisa, lo jaló con delicadeza hacia sí y sin más le dio un beso...

Beso que para sorpresa de Alicia, Erik correspondió, los dos se vieron sumergidos en un tierno y cálido beso, todo era armonioso, sus manos y sus labios, Alicia tomó de las mejillas a Erik y Erik tomó de la cintura a Alicia, Alicia sólo sentía chispas y descargas eléctricas recorriendo todo su cuerpo mientras aquel beso continuaba, siendo tan perfecto y tan único...