Me encontraba en el sillon de la casa de Mateo, les obligue a Camilo y a Mateo a darme de comer por terminar el trabajo yo sola y ahí estaban.
El papá de Mateo y la novia estaban en la casa, pero estaban en una habitación de la casa que ni idea cuál es y también tenía un hermano chiquito llamado Emilio es re tierno el hdp.
– ¡Maddie! – Gritó Mateo desde la cocina.
Fui a ver qué me habían preparado y en cuando abrí la puerta se pusieron a gritar.
– ¡CERRA LOS OJOS LA CONCHA DE TU HERMANA! – Gritó Mateo.
– BUENO NO ME GRITES – Dije y cerré los ojos.
– ¿Viste algo? – Dijo Camilo.
– No vi nad... – Me interrumpió un plato lleno de nata en mi cara.
– NONONONO.
Escuché las carcajadas de Mateo y de Camilo y me enoje muchísimo más, me limpie la cara y agarre el plato y le di en la cara a Camilo con todas mis fuerzas haciendo que se cayera al piso.
– Ay no, ¿Te lastime?
El solo se quejaba en el piso tapándose la cara.
– ¿Sos tonta como le vas a dar tan fuerte?
– Y bueno estaba enojada.
Fui a ayudar a Camilo a levantarse y vi que tenía sangre en la nariz, no pude evitar reírme.
– ¿Me perdonas?
– No.
– Dale perdoname – Insistí.
– Si me das un piquito – Hizo piquito con los labios.
– No te va a dar nada – Me agarro Mateo del brazo y me levanto.
– Aia me lastimaste pelotudo.
Le curé la nariz a Camilo y se fue y yo me quedé revisando el trabajo para ver si tenía algo mal y no.
– Mateo me voy ya.
– Dale.
Me acerque a la puerta para salir pero escuché la voz de un hombre, el papá de Mateo.
– ¿Porque no te quedas a cenar Maddie?
– ¿Ah? No, no quiero molestar.
– No molestas boluda – Dijo Mateo esta vez.
– Dale quédate, hay milanesas con puré.
Uh Milanesas con puré, me quedo.
– Bueno dale – Dije y ellos sonrieron.
...
Estaba en la mesa y la novia de Pedro, el papá de Mateo, estaba sirviendo las milanesas con puré y yo me estaba muriendo de hambre.
– ¿Y sacas buenas calificaciones en la escuela? – Preguntó Pedro.
– Si, estoy pensando en ir por la carrera de psicología.
– Uh lindo trabajo – Dijo sonriendo la novia, se llamaba Penny.
– Mi vieja...osea mi mamá es psicóloga y de ahí mis ganas de serlo.
Me atraganté al sentir la mano de Mateo en mi muslo interno.
– ¿No te gusta? – Preguntó con decepción Penny.
– ¿Que? No... Es-está muy rico.
– Ah me asusté – Dijo y Pedro y ella rieron.
Yo bajé la cabeza y mire al plato para que no se notará lo sonrojada que estaba, me estremecí al sentir que Mateo acercaba su mano a mi entrepierna hasta llegar a tocarla.
Le pegue una patada por debajo de la mesa y el soltó una pequeña risita que nadie escuchó o no le dieron importancia.
Mateo metió la mano por debajo de mi pantalón y comenzó a mover sus dos dedos haciendo pequeños círculos mientras yo me removía excitada.
De pronto Penny se levantó de la mesa y Mateo saco la mano rápidamente.
– Hay helado, ¿Quieren?
– No, a mí me vienen a buscar ya pronto – Dije rápidamente.
– Bueno, ¿Vos Mateo?
– Si yo si – Dijo el.
Estuvimos un rato más hablando hasta que llegó mi viejo a buscarme y salí de ahí.
...
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