Jeon Jungkook despegó la vista de la enciclopedia al tiempo que soltaba un suspiro largo y pesado. Parpadeó reiteradas veces para humedecer sus ojos que había mantenido abiertos por quién sabe cuánto tiempo casi sin parpadear. Era raro verlo tan inmerso en un libro, especialmente uno tan grande y completo como lo es una enciclopedia. Pero así era el más joven entre ellos, cuando algo se le metía a la cabeza, no había nada ni nadie que llamara más su atención.
Ni siquiera Yoongi.
El sonido del piano seguía revoloteando por la habitación, había notas azules, ámbar y grises, alguna que otra negra. Era Chopin otra vez, odiaba Chopin, era tan deprimente. Pero ver a Yoongi tocando el piano lo era todo para él. Tan relajante, y al mismo tiempo emocionante.
El chico de cabello color menta detuvo la danza de sus dedos sobre las teclas para revisar las nuevas notificaciones en su celular. Pasados unos segundos se giró hacia su amigo quien miraba absorto por la ventana.
—¡Hey, Jungkook! —le gritó por tercera vez.
—Lo siento, hyung. Sí escuché.
—¿Qué cosa?
—Umm...
—Seokjin dice que hay que reunirnos, vamos con Namjoon.
Jungkook se levantó de mala gana, no sin antes poner un separador en la página en la que se había quedado. Echó un último vistazo por la ventana y le sonrió a la medusa que lo había estado observando.
🔹🦋🔹
Eran las nueve cuarenta de la noche, la casa estaba vacía, no había vigilancia salvo por dos perros de la raza dóberman. Nada que no pudieran controlar con la ayuda de Taehyung y su encanto con los animales.
—¡Taehyung! Cállate si no quieres que alguien nos escuche —regañó Yoongi al chico que estaba demasiado entusiasmado con los perros antes de volver a vigilar la calle.
Namjoon estaba intentando abrir la ventana que daba hacia la sala, comenzaba a frustrarse porque nunca le había tomado más de medio minuto forzar una cerradura.
—¿Intentamos con la puerta trasera? —preguntó Jimin en voz baja.
—No, sólo necesito un poco más de-
No completó la frase, un leve “clic” fue la señal que estaban esperando.
Yoongi y Taehyung se quedaron afuera mientras los otros cinco entraban a la casa con la mayor rapidez posible.
Se separaron una vez dentro, sólo necesitaban dar con algo, algo de valor. Pero no sabían exactamente qué.
Uno buscó en el baño, dió con un botiquín lleno de pastillas para dormir y antidepresivos; la combinación más extraña. Otro se quedó en la sala, uno más en la cocina. Mientras los otros dos subieron directo a las habitaciones.
Jungkook revisó de forma superficial la habitación que tenía una cama matrimonial, parecía ser la pieza de los dueños. Quizás era el lugar indicado, por lo que se dio a la tarea de buscar el joyero de madame en busca de algo útil. Tenían que aprovechar que los nuevos vecinos, venidos de Reino Unido, no estaban al tanto de la cuadrilla más importante de Changwon...
Cuadrilla, pandilla, incluso crew, o simplemente bola de delincuentes. Así solían llamarlos.
La sensación de ya haber estado en ese lugar y a esa hora, lo invadió de repente. Era un déjà vu. Le sucedía con bastante frecuencia, había escuchado que los déjà vu son fallos del cerebro, y también que no eran fallos, sino una función aún desconocida que tenían los cerebros sanos. Poco le importaban aquellos datos, porque sus déjà vu siempre eran diferentes a los de los demás.
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Morpho anaxibia
FanfictionUn déjà vu narrado desde la perspectiva de Jungkook. 🦋 Three shot que hace parte de la tercera fase de los retos MOTS: Challenge de @syuloves.