Capitulo 1

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Sabrina ya era toda una adulta, tenía 20 años, estaba cursando el segundo año en abogacía y aún vivía en casa de sus abuelos con su hermana Luz. Ella cambió mucho con la muerte de sus padres, al igual que todos. Había dejado de tener Fe en todo lo que concierne la espiritualidad, empezó a ser un poco mas cerrada. Había podido pagar una pequeña casita en el  barrio y hacer un comedor ahi atendido por sus abuelos, no podía servirles almuerzo y cena, pero si desayuno y merienda, a ningún chico del barrio le faltaba un vaso de leche y galletitas en el día, y eso era el orgullo de Sabrina, de sus abuelos, de su hermana,y en lo más profundo de su corazón, esperaba que el de sus padres.

Desde la muerte de sus padres,Sabrina y Luz van cada aniversario de su muerte a manifestar un pedido de  justicia acompañada de familiares y seres queridos de la comunidad, para volver con las manos vacías.Hoy se cumplían diez años de la tragedia, ellas aún solían ver a ese oficial trabajando en las calles, y eso las llenaba de angustia. Si algo querían, era que esté oficial este tras las rejas, como se debe.Pero a cada pedido, a cada denuncia, sólo fueron ignoradas. Así funciona aquí, sólo le dan importancia cuando hay alguien importante o dinero entre medio, si era alguien humilde como sus padres, lo ignoraban.

Se prepararon para salir,Nazareno encendió el auto y Sabrina le dio una remera con la foto de sus padres impresas a Luz,ella levaba una igual.

-¿Crees que este año sea diferente?-preguntó Luz con desanimo.

-Cada año estamos más cerca Luz,presiento que este año algo va a pasar,no sé que,pero algo en fin-Respondió Sabrina.

Sabrina era una chica quizá demasiado fría ante los ojos del mundo,pero nadie la culpaba,en su espalda llevaba un gran peso: La felicidad de su hermana. Luz era todo para Sabrina, era el recuerdo vivo de sus padres, ella admiraba su capacidad de sonreír ante toda costa. Luz,a diferencia de Sabrina, evolucionó a través de los años de otra manera. Si bien ella también cargaba con el dolor de haber perdido a sus padres, Luz miraba el mundo con otros ojos, para ella,  todo pasaba por algo, y ese algo es lo que la vida quiere para nosotros. Ella todo recibía con una sonrisa ,y eso, para Sabrina, era la cura de sus penas, saber que pase lo que pase, haga lo que haga, su hermanita estará ahí con una dulce y sincera sonrisa dibujada en la cara. 

Saludaron a su abuela Marta, quien dos años atrás un accidente la inmovilizó a una silla de ruedas, y por eso no podía concurrir a la manifestación, ya que Sabrina insistió que sería peligroso. El encuentro sería en el lugar del asesinato,que quedaba entre un colegio público y una plaza extensa, donde se encontrarían.Los últimos años los ignoraron completamente, pero gracias a un tío de Sabrina que es periodista, lograrán transmitirlo. El tío Javier trabajaba en un pequeño canal de televisión de la ciudad, su Rating se limitaba a gente anciana que se levantaba temprano a ver algunas noticias. No era muy visto,pero era lo que tenían.

Cuando llegaron a la plaza, se llevaron una gran sorpresa. Había muchísima más gente que los cincuenta que solían alcanzar como mucho en años pasados. Se estimaba que habían al menos una centena de personas, llevaban banderas, habían colgado pasacalles entre los árboles, y algunos puestos donde se vendían remeras y bebidas. Ellos, que habían organizado todo, jamás habían pensado nada de lo que ahí estaba ocurriendo, parecía un milagro que, por primera vez en esa fecha en diez años, los había llenado de felicidad. Canciones de protesta, bombos, megáfonos invadían aquella plaza,en la cual normalmente se podían escuchar risas de niños en los juegos infantiles, algunos perros ladrando y chicos jugando al futbol en la pequeña cancha que había en el centro, pero los vecinos que vivían cerca de la plaza, jamás habían escuchado esto. Muchos salían de sus casas alarmados ansiados de saber de por qué la marcha, y algunos se unían a la protesta.

Sabrina y Nazareno se quedaron mirando estupefactos hacia esa multitud, mientras Luz pudo divisar a sus amigos y fue con ellos. Sabrina abrazó con emoción a su abuelo mientras inconscientemente algunas lagrimas empezaban a formarse dentro de sus ojos. El conmovedor abrazo fue interrumpido cuando llegó Sebastián, un chico que en su infancia, fue muy querido por Marina y Diego. Él pasaba hambre, y ellos lo alimentaban, él pasaba frío,y ellos lo abrigaban. Sebastián siempre afirmó que Marina y Diego para él fueron como tíos, él los quería y los respetaba mucho, y cada vez que este evento se hacía,él formaba parte.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2014 ⏰

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