[único capítulo]

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Las manos temblorosas sujetando su cintura, la oscuridad del lugar y el rose de sus labios. Oliver se había congelado porque era claro que esa persona que lo besaba, no era su novia. Sin embargo, esa persona no sé alejaba y él tampoco se veía haciéndolo.

Tímido, mueve sus manos hasta sujetar los brazos contrarios, reaccionando para corresponder el beso.

-Oliver. -Y todo se detiene porque reconoce esa voz. Cooper.

Despertando de golpe, Oliver Otto se sienta en su cama respirando con dificultad. ¿Cuándo olvidará ese momento? Ya había pasado un mes desde aquel incidente en la fiesta de Halloween.

Oliver y Cooper habían tenido un plan para besar a sus respectivas novias, además de ir al siguiente paso y quitar sus brasieres. ¡Habían incluso practicado! Lo que, bueno, si había sido algo raro pero útil. ¡De todas formas! Todo había salido muy mal al final.

Tenían los disfraces, tenían la fiesta, tenían incluso el lugar donde cada uno haría lo suyo, pero entonces todo salió al revés. Oliver aún quería creer que todo había sido un error, una clase de accidente, pero debía dejar de ser tan terco.

Cooper había entrado en el armario donde se suponía Oliver esperaría a su novia, pero en vez de ella, se encontró besando a su mejor amigo. ¡Y lo peor! Es que le había gustado aquel beso, se sentía pésimo al pensar que había sido el mejor que había tenido, aunque fue corto y confuso.

Oliver se sentía realmente confundido con todo lo que había pasado; había besado a su mejor amigo y le había gustado.

Cuando Cooper se separó sólo por un segundo, el lado racional de Oliver regresó e hizo que empujará lejos a su amigo. Sentía la necesidad de salir huyendo de allí, lo que hizo tan rápido que casi cae por las escaleras.

Cooper intentó hablar con él esa misma noche, al día siguiente y así hasta que se cansó de ser ignorado por Oliver.

Durante semanas, la familia Otto notó el estado sombrío y distante de Oliver, como también la falta de mención de Cooper y su presencia en la casa. El chico prácticamente vivía allí.

Katie mandó a Greg a que hablara con Oliver, pero fue totalmente inútil. Taylor lo intentó por petición también de su madre, pero incluso cuando fue el turno de Katie, falló en hacer hablar a su hijo. Aún cuando no sabían qué pasaba, le aseguraron que estaría bien y que le apoyarían.

Durante semanas, Oliver estuvo pensando y pensando en lo que había ocurrido, aunque al comienzo quiso ignorarlo. Al final de cada día, no llegaba a ningún lado. Era estúpido, extrañaba a Cooper, pero le molestaba que le hubiera besado, aunque le había gustado y no podía parar de soñar con ese momento una y otra vez. Se sentía confundido, durante mucho tiempo fue terco y le aseguró a su familia más de una vez que no era gay.

Ahora estaba comenzando a pensar que podría ser bisexual, porque claro que la había pasado bien con su novia (que ya no lo era porque le había dejado) y luego estaba el beso con Cooper. Y todo Cooper, en realidad. Le agradaba porque era un buen amigo, aunque a veces su lado de niño rico sobresaliera. Era también muy amable, atento, considerado, torpe y cariñoso.

Oliver estaba tan confundido, ya no estaba tan seguro de que todos esos sentimientos y pensamientos que había tenido sobre Cooper, ahora fueran sólo por amistad. Y no podía hablarlo con nadie porque no quería decirle a su familia que tenían razón todo este tiempo.

Y cuando creyó que nada podía salir peor, sus abuelos se reconciliaron y tuvieron sexo sobre su máscara del Rey Ratón, lo que le llevó a tener el peor accidente y el mayor ridículo en el recital de navidad.

Oliver & Cooper. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora