Lo inesperado siempre llega
en el momento oportuno.La fresca brisa veraniega soplaba suavemente la copa de los árboles que se esparcían de manera salteada en toda la extensión de la plaza. A lo lejos en el mar las olas eran calmadas y chocaban en la playa rítmicamente.
Entre la multitud de turistas se encontraban dos jóvenes castaños paseando tomados de la mano, mirando las vitrinas de las tiendas y lo que exponían los vendedores ambulantes. Habían bastantes, estaban en pleno verano y las ganancias eran el triple de lo que usualmente llegaban a producir. La ciudad se llenaba de turistas y la mayoría se aglomeraban en la playa.
La muchacha en un momento se fijó en una tienda pequeña que no estaba tan abarrotada de gente, haló de la mano del chico y él volvió su vista a lo que ella observaba con atención.
Sin esperar que se lo pidiera, él caminó primero con ella siguiéndolo y ambos entraron en la tienda. Tenía un estilo vintage, abarrotada de cosas aunque bien acomodadas. Bonita y acogedora.
Se acercaron a los estantes que estaban en la pared viendo detalladamente ciertas cosas. Eran recuerdos. Algunos con características de la ciudad, artesanales o fabricados, y otros más bien cosas antiguas pero en buen estado. Siguieron caminando por las filas de estantes que ahí habían, eran sólo tres pero estaban bien surtidas.
Algo le llamó la atención a la muchacha y deteniéndose lo tomó con delicadeza, era un libro. Un diario específicamente. El castaño miraba con curiosidad también.
—¿Recuerdas la referencia que da Gil Pender en la película Medianoche en París? —cuestionó la chica a su compañero con lentitud, sin levantar su mirada del objeto. Él la miró.
—¿La de odiar su siglo? —ironizó. Ella posó su vista en él arqueando una ceja.
—No, tonto —murmuró divertida—. La de la tienda de recuerdos. El tema de su libro.
—Ah —comprendió el muchacho—. Sí, ¿qué con eso?
—Él se refiere, según lo que yo entiendo, a que un objeto sin importar su tamaño o costo se vuelve valioso por lo que significa —explica aún con el libro en mano—. Aunque la idiota de la novia pensaba que eso era basura. La basura era ella —rodó los ojos.
El muchacho rió.
—Sí, tenía razón. Quiero decir, hay cosas que tienen más bien un valor emocional o incluso sentimental, pero para los demás que no entienden lo que significa eso les parece una bazofia. El personaje de Inez reflejaba a ese tipo de personas.
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souvenir » timothée chalamet
Fanfiction«Dicen que cuando menos lo esperas alguien te cambia la vida entera» Portada hecha por: @irwincntrol ♡︎ ©flickermendes