Como La Vida Y La Muerte || Rubegetta

CAPITULO 7: ¿Porque?

Dedicado a Souku-Shan.

Simplemente, gracias por compartirme ese cachito de tu vida.
No nos conocemos, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti.

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-No te entiendo-Murmuró la vida, ya fuera de aquel edificio.

-Disculpa?-Contesto la muerte, sin terminar de entender que quería decir Samuel con aquella pregunta.

-Eres la muerte, la vida de las personas no tendría porque importarte-Dijo, mirando los ojos vacíos de su compañero.

Ojos verde muerto.

-Uhm, supongo...pero me gusta, cuando ese cachito de ellos esta en mis manos, me gusta reconfortarlos, diciéndoles que, al menos, una risa no falto-Murmuró la muerte, mirando con cierta nostalgia su mano pálida.

-Sigo sin entender-Alegó la vida, mirando con ojos expectantes a Ruben, que rió con ironía- ¿Te gusta tu trabajo?-Preguntó, queriendo interpretar la respuesta del mayor.

-No siempre, cuando nos vimos por primera vez, me odie, me dijiste tantas cosas que entonces no entendía que me pareció que yo no era algo bueno, luego, conformé fue pasando el tiempo, entendí que es lo que me había tocado.

Yo no lo decidí, y sin embargo estoy aquí.

Es casi como los humanos, no deciden su familia ni el lugar donde nacerán, y por ello viven lamentandose, sin embargo,yo me detuve, entendí que es lo que me había tocado y que debía disfrutarlo y atesorarlo, por muchas cosas malas que tuviera- Dijo la muerte, mirando los ojos brillantes que lo miraban con duda.

-Que tiene de bueno?-Pregunto, pesando también en muchas personas que fue viendo a lo largo del camino.

-Todo tiene un lado bueno,es imposible que todo sea dolor todo el tiempo, aveces son solo detalles, en mi caso, me gusta pensar que, aunque la gente termine en mis manos, paro de sufrir o vivió lo mejor que pudo y no tiene razón para seguir aquí-Contesto- Para lo humanos pueden ser muchas cosas, desde el cielo por las mañanas, o la luna durante la noche-Contesto.

-El único defecto es que siempre olvidan esos detalles, ya sean grandes o pequeño-Agrego la vida, recordando lo mucho que solían despreciar sus regalos mas sencillos

-Eso ya no es ni tu problema ni el mio, ellos deciden si lo notan o no, pero ese rayito de esperanza siempre esta ahí- Dijo la muerte,  mirando como el sol empezaba a ocultarse.