- Capítulo 1 -

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3 de octubre de 1989

Ese día fue publicado en la prensa el "suicidio" de una mujer. Y digo suicidio de manera irónica, porque yo no lo veía como tal.

Al ver el cuerpo sin vida de la mujer en la bañera y los cortes más arriba de las muñecas me di cuenta de que ella no se habría hecho eso. Si quisiera acabar con su vida el corte estaría justo en la muñeca para desangrarse más rápido. Los evidentes moretones recientes decorando  sus piernas como si la hubieran estado golpeando, la falta de dos de sus uñas en carne viva, como si se hubiera estado resistiendo eran signos tan evidentes que parecía absurdo el hecho de fingir un suicidio pero... cuando di mi teoría a los demás agentes de policía decidieron ignorarme pues era más fácil decir que era un suicidio a abrir un caso y tener que buscar al asesino.

No estaba conforme con eso, nunca lo había estado, era como la oveja negra del rebaño.

Una vez hecha la autopsia confirmaron que se trataba de un suicidio. Yo seguía estando en desacuerdo así que cuando me pidieron mi opinión en una de las reuniones, cosa que raramente pasaba, me puse a hablar rápidamente temiendo que en cualquier momento me mandaran callar y no haber dicho todo lo que necesitaba decir, aunque no sirviera de nada.

Sus respuestas fueron breves y firmes. Me preguntaron como me explicaba eso si, no había indicios de que la persona tuviera otro golpe mortal a parte de los cortes en las muñecas, ni tenia ninguna sustancia en su cuerpo para que se hubiera estado quieta mientras dejaba que el asesino le cortara las muñecas para hacerlo parecer un suicidio.
"Tal vez le pidió que se estuviera quieta y ella simplemente dejó que le cortaran las muñecas por voluntad." Los presentes en la sala se echan a reír con el comentario tan innecesario de uno de mis compañeros. Suelta el humo del puro que se está fumando y me echa una medio sonrisa. Asqueroso.

10 de octubre 1989

Después de una semana del suicidio de Maggie Johnson Brown es hallado el cuerpo sin vida de su marido Robert Smith Jones en un acantilado.
Después de un gran estudio del cuerpo por parte de nuestros profesionales explican que todo se vio debido a la pena que lo llevó a suicidarse en el acantilado de la playa Rose.

Una vez más fui a la escena del crimen esperando ver el cuerpo con graves lesiones de la caída y un charco de sangre. En su lugar encontré un charco de sangre...sin ningún cuerpo a la vista.

—Agente Thompson. —fui corriendo hacia el hombre regordete que se encontraba hablando con un tipo que no había visto nunca pero me resultaba familiar.
—Agente Miller —dijo antes siquiera de verme.

Posó su vista en mi y me miró de arriba abajo. Era repulsivo, pasaba por ese escáner de ojos grises todos los días.
Era lo malo de ser la única mujer de la policía, que todos te miraban como si fueras alguna clase de espécimen raro.

—Agente Thompson— volví a repetir mirándolo fijamente a los ojos como si lo estuviera retando, a lo que él me respondió con una sonrisa.— Dónde está el cuerpo del señor Smith?

—Están a punto de llevárselo, ya han hecho el informe de que ha sido un suicidio. Es lo que suele pasar cuando alguien pierde a su pareja Miller, que cae en desgracia. En este caso, literalmente cayó.— se empieza a reír de su mierda de broma. Debe resultar divertido hacer creer que todos son suicidios para no tener que molestarse mucho en resolver los casos.

Siempre me había parecido una mierda de persona, pero cada día me lo demostraba aún más. No tenía ningún tipo de empatía con la gente que moría por una razón u otra.

No se si debe al hecho de que no tiene familia y nunca tuvo hijos o a que es demasiado viejo y le da absolutamente igual todo.

—Me gustaría ver el cuerpo, yo también quiero tener un informe y dado que la sangre aún mancha el suelo me deberían permitir ver el cadáver, solo necesito dos minutos.— el tipo que no había visto nunca me miraba fijamente, como si fuera un enigma que hubiera que descifrar, eso me hacía retroceder un poco pero no me dejaría intimidar.

Octubre De 1989   |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora