- Capítulo 2 -

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4 am. El reloj resalta ese número y esas dos letras con un color azul parpadeante. Hacía dos semanas que no tenía ninguna pesadilla, cosa que agradecía porque mis pesadillas solían ser constantes.El sudor recorría mi espalda, señal de que el pánico estaba a punto de apoderarse de mi. Podía llegar a escuchar el ritmo alterado de mi corazón.
Estiré un brazo palpando en la mesilla tratando de encontrar la lámpara de princesas que mamá me ponía para que no tuviera miedo. Después de unos segundos me di cuenta que había sido en vano, no estaba por ninguna parte.
Hice una bola con mis emociones tratando de esconderlas lo mejor posible y me dispuse a bajar de la cama.
Mi destino siempre era la habitación de mi hermano que,como cada noche, me esperaba con las mantas bajadas y un ojo abierto.

 —No puedo dormir.—me metí en la cama y subí las mantas rápido antes de que nos atrapara el frío.

—Eres un morcielago. — Su voz infantil y su error al pronunciar la palabra no podían hacer otra cosa que sacarme una sonrisa.

—Y tú deberías estar dormido señorito Axel. —acaricié su pelo rizado y me di la vuelta tratando de ver en la oscuridad.

 Porque tengo que ser yo la que duerma al lado de los monstruos? Puse cara de disgusto sabiendo que si ocurría algo a él lo protegería la pared y mi cuerpo.

Porque eres la mayor

Solo por dos minutos y 10 segundos

Escuché una risa en medio de la oscuridad y me quedé dormida.

Si alguien me hubiera dicho que al día siguiente lo iba a perder lo hubiera acariciado mucho más tiempo, intentando no quedarme dormida. Me habría quedado toda la noche despierta hablando con el de cualquier tontería que hablaran los niños pequeños. A pesar de que era yo la que dormía al lado de los monstruos se lo habían llevado a él. ¿ Por qué ?

Nooo!!, ese grito desgarrador fue lo que me despertó a la mañana siguiente. Palpé con la mano donde se suponía que debía de estar mi hermano, pero solo toqué una sábana fría como consecuencia de que ningún cuerpo la calentará desde hacía bastante rato.
Baje corriendo las escaleras hacia el piso de abajo. Mi madre estaba llorando sobre un pijama de lunares igual que el mío, sobre el pijama de Axel. Mi padre la sostenía como si en cualquier momento se fuera a caer.

Ya estamos revisando el perímetro, no se debe preocupar no andará lejos.Esa voz desconocida para mí hizo que reaccionara y me asomé a la ventana evitando pasar por delante de mi madre.

Luces rojas y azules provenientes de unos coches parpadeaban frente a mis ojos, como si de una fiesta se tratase. La diferencia es que en una fiesta te diviertes y todos los hombres con uniforme que había fuera tenían cara de preocupación igual que papá.

Debieron de haber forzado la cerradura de la puerta ¿ pero por qué molestarse en desnudarlo y dejar su ropa aquí?

 Posiblemente se trate de una violación y ahora lo tengan en algún lugar o ya se han deshecho de el. Los dos hombres con uniforme se callaron de golpe al percatarse de mi presencia en la ventana.

Max, cariño, ven aquí. la mano de mi padre me agarró del brazo y me llevó contra su abdomen para abrazarme.Papi, qué es eso? pregunté señalando con mi dedo a la ventana empañada donde seguían destellando las luces.

Eso....estamos jugando al escondite, comprendes Max? Y...y hay que buscar a Axel. tartamudeaba, cosa que nunca había visto hacer a mi padre.

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⏰ Última actualización: Aug 04 ⏰

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Octubre De 1989   |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora