¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había sido un día agotador así que mientras volvías a casa estabas pensando en qué es lo que harías para relajarte. Quizá tomases un baño y más tarde en vez de cocinar algo tomarías un poco de ramen instantáneo mientras veías algún anime en la tele. No parecía fuese un mal plan, pero todo eso se fue por la borda cuando nada más entrar en casa viste que no estarías sola.
Reconocías ese par de zapatos y cuando escuchaste una voz traviesa que provenía de la sala lo confirmaste.
— Oh, bienvenida onee-san.
Rinne Amagi se encontraba en el sofá viendo la tele tranquilamente.
— Cómo entraste...
— Kyahaha, ¿no soy genial? Le dije a la vieja de al lado que soy tu marido y que no tenía llave todavía así que por favor me abriese.
Te preguntabas cómo supo que le dejaste la llave de repuesto a la señora de al lado. En principio como era una anciana bastante amable y agradable se las dejaste a ella, pero no esperabas accediese así sin más a abrirle.
— No inventes cosas... — suspiras.
— No lo hago.
— No estamos casados.
— Mmm... Cierto — ríe —. Pero da igual, tarde o temprano pasará. Ya estamos prometidos.
— No lo estamos...
— ¿Entonces te quieres casar conmigo?
Adiós a tener una tarde tranquila...
Dejaste caer tus cosas al suelo. Realmente estabas cansada y no estabas como para empezar a escuchar sus tonterías de siempre. Querías relajarte y quitarte la ropa por donde quieras, pero ahora tendrías que quitarte todo una vez estuvieses en el baño sola.
El de ojos azules te miró curioso y dejó de ver el programa que tanto le interesaba para seguirte con la vista comprobando como te ibas a la habitación y salías con una toalla y ropa en mano para luego dirigirte al baño.
— Onee-san, ¿quieres que me encargue de la comida?
— Si eres capaz...
Fue a sacar su móvil para llamar a Niki y que fuese a preparaos algo hasta que le dijiste que tampoco llamase al otro así que su plan se fue por la borda. Ahora qué iba a cocinar si él no sabía.
— ... Pues iré a preguntarle a la vieja de al lado, que pa' algo está.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
