Bueno alch, yo sé que este shipp esta súper raro, lo aceptó pero es que quería hacer algo nuevo, igual no es como que estuviera pidiendo permiso para hacer esta historia de mundos diferentes, pero la tengo que hacer.
No haré descripción de la histo...
Bien, he estado escuchando cosas en arriba de mi habitación y lo peor es que estoy sola. Mi madre y padre fueron a trabajar y esos tontos de mis hermanos se fueron de vagos. Creó que aprovecharé para echar le un vistazo a la casa, ya que es grande, 4 pisos. Subí en compañía de la gata, ahora que lo pienso no le he puesto nombre.
— Oye gata.
— Si?
— Tienes nombre?
— No, ¿me pondrá uno? — Preguntó emocionada.
— Si, deja pienso.
Cómo debería poner le? Ya se!
— Tú nombre será Masaki. ¿Te gusta?
— ¡Si, es un nombre muy bonito! — Dijo la gata feliz.
Vaya, es tenebrosa esta casa. Se escucha un golpe en el sótano, corro para llegar rápido. Abro la puerta y veo a una chica con falda negra, chamarra morada, tenis converse, medias rojas con negras, su rostro es feo, grande sonrisa y pálida.
— ¿Qué haces en mi casa? — La encaré.
— Soy Nina The Killer, maldita. Eres una zorra igual que tú madre.
Me enoje por lo que dijo. Sentí cómo mis ojos se pusieron rojos, oh no. La tal Nina se me abalanzó, pero la veía en cámara lenta y la pude esquivar. Rápidamente se acercó de nuevo y me alcanzó a rasguñar con su cuchillo en el brazo, la esquive de nuevo y pude aparecer atrás de ella y le propone un golpe en su espalda mandándola hasta el otro extremo de la habitación.
— Heredaste la fuerza sobrehumana de tu madre. — Dijo en el suelo.
— No vuelvas a decir le zorra a mi madre. — La pateé, tosió sangre.
— Lo es y pronto lo sabrás. — Dice burlona.
— Te prohíbo que te metas a mi casa. — Le advertí.
La chica se levantó como pudo y se fue, soltando carcajadas.
— Ya conoció a la primera. — Apareció masaki.
— ¿Quién es ella?
— Una crepypasta, una de tantos.
— ¿Hay más?
— Si, todos la quieren conocer. Unos en buen plan, otros en malos ya se imaginara.
— Mi mamá tiene algo que ver? — Pregunte interesada.
— No se lo puedo decir, señorita. — Dijo masaki.
Agarré a la gata y la apreté con fuerza, no mucha por que la mato.
— Dime maldita gata o morirás. — La amenace.
— Espere, por favor.
— No, dime ya.
— Esta bien, pero pare ya. — Suplicó.
— Bien. — La solté. — Te escuchó.
¿¡Nani!? La gata corrió sin más.
— ¡Lo siento señorita! — Sin más la gata se fue.
Ash, como sea. Mierda, son las 4:30 p.m Iré a bañar me.
Fin del pov.
"45 minutos después".
Me pondré mi oberol favorito y mis tenis vans negros con blanco.
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