A Taehyung siempre le había gustado el amarillo. Le encantaba darse cuenta como con ver un simple color, podías alegrar tus momentos. El amarillo era un color que transmitía luz y alegría, y eso le encantaba. De alguna forma, aquel color encendía todas aquellas memorias cálidas en su mente y le permitían mantenerse como era, como Kim Taehyung.El primer día que llegó a aquel hospital, pidió que pintaran las paredes de amarillo. Como no pudieron hacerlo en ese momento, reunió muchas hojas de papel, y con sus crayones, las pinto de amarillo, y las pegó con cinta en la pared. El pequeño Taehyung solo tenía ocho años en ese momento, pero aún recordaba lo mucho que se había tardado pintando las hojas blancas y aburridas, y la ayuda que tuvo que pedir para pegarlas más alto de lo que podía llegar.
Aún después de todos esos años, el amarillo seguía siendo su color preferido. No había manera de que aquella alegría que aún había en el se apagara, por más cosas malas que pasaran. Así era el título del libro que leía, "amarillo". Había sido publicado por la editorial de sus padres en el verano anterior, y aunque al principio pensó que sería un cuento romántico y cliche, se enganchó con el tan pronto leyó la primera página. Entonces, lo leyó una vez, todas, las 191 páginas. Y otra vez. Y otra vez. Jamás se cansaría de las bonitas palabras que el autor transmitió con su novela, un romance entre dos jóvenes, un romance amarillo.
El jamás se había enamorado. Una vez conoció a una chica que vivía cerca de la granja de sus abuelos. Su nombre era Yerim, y a Tae le gustaba como su cabello negro se ondeaba con el viento mientras ella volaba una cometa cerca de "La colina de los girasoles", como la llamaban. Taehyung comenzó a escribirle cartas y dejarlas en su correspondencia. Para su mala suerte, ella jamás las leyó. Era mayor y se mudó a Seúl ese mismo verano, jamás la volvió a ver. Pero no era amor, de eso estaba seguro.
En todos los libros que leía, describían el amor como una sensación maravillosa y desastrosa a la vez. Mejillas sonrojadas, mariposas en el estómago, manos temblorosas, sentirse flotando. El solo se sentía así cuando tenía alguna reacción alérgica a los medicamentos, y no era una sensación agradable. Solo conocía el amor que sentía hacia sus abuelos, hacia los girasoles o hacía los libros. Quizá el amor entre parejas era parecido, o quizá no. Quería averiguarlo, por algún motivo.
— ¿Como estas hoy, Taehyung? — Preguntó la señora Oh. Taehyung se veía distraído y ella esperaba que no se tratara de algún problema con su salud.
— Señorita, ¿Sabe usted como se siente el amor? — Murmuró Taehyung apartando la vista de la ventana.
— ¿Y por que quieres saber eso? — La señora Oh miró con ternura a Taehyung.
— No lo se, solo... Quiero saberlo.
— El amor no se describe, Taehyung. Viene en muchas formas, tamaños, y con síntomas distintos. — Explicó la mayor sentándose sobre las sábanas lisas de el menor — Lo sabrás cuando lo sientas.
— ¿Y como lo sabré? — Miró a la señora con los ojos llenos de curiosidad.
— Solo... Lo sabrás. — Concluyó.
(🌻)
Estar en el hospital era aburrido. Aún debía recibir terapia y una posible cirugía para su pierna, pero ya quería irse de nuevo. Extrañaba la libertad, las fiestas, las carreras, la adrenalina. Lo ayudaban a distraerse, no conocía otra manera de hacer que sus sentimientos no lo mataran por dentro.
Desde siempre estuvo solo, y aquel sentimiento de soledad lo había convertido en la persona que era. Sabía que los del servicio social no querían lo mejor para el, como decían. Ellos solo cumplían con su trabajo, enviándolo a familias de paso con personas molestas. Solo quería cumplir 18 para que toda esa mierda acabase, pues ya no quería sentirse sobrante en ninguna otra casa, en ninguna otra familia.
En el fondo solo quería sentirse parte de algo.
Llevaba dos horas mirando a la pared de enfrente y botando una pelota contra la misma. Las paredes de los hospitales no eran demasiado gruesas, así, si había una emergencia, podrían escuchar desde afuera y enviar ayuda. Pero aquel golpeteo en la pared solo le estaba causando problemas a su vecino, aunque Jungkook no se podría dar cuenta.
De pronto, sintió 3 golpes en la pared, como si estuvieran tocando alguna puerta. Tomó sus maletas y se dirigió hacia la pared de yeso, pegando su oreja para escuchar mejor. Respondió al ruido con dos pequeños golpecitos.
— ¿Hola? — Preguntó, sintiéndose un poco tonto, pues aún después de unos segundos, nadie respondió.
Otros dos golpecitos.
— ¿Puedes escucharme? — Le preguntó Jungkook a su muro, o más bien a la persona que estaba del otro lado. Esta le respondió con la misma acción que antes. — ¿Eres TaeTaehyung? — Quizo fastidiar, seguro de que era el chico de la azotea.
— ¿Y tú qué haces ahí? — Preguntó la señora Oh entrando con las medicinas para Jungkook, extrañada, pues no era lo más normal encontrar a algún paciente con su cara pegada a la pared. — Podemos programar una reunión con psicología si crees que es nece-
— No no, yo solo... ¿Que trae ahí? — Preguntó algo incómodo cambiando de tema y volviendo a su cama.
— Analgésicos y yogurt.
— ¿Yogurt? ¿Y porque ayer no trajo...?
— Los analgésicos son mi regalo, y el yogurt, el regalo de Taehyung. — Comentó la señora Oh. — Tiene un pequeño trato con las cocineras y me pidió que te diera uno, es lo mejor que encontrarás al menos en cuanto a sabor.
Jungkook sonrió inconscientemente pensando en la manera de agradecerle a TaeTae.
— Una pregunta... — Le dijo a la enfermera quien lo escuchó atenta — ¿TaeTae es el chico de la habitación de al lado? — Preguntó señalando la pared.
— ¿TaeTae? Eso es nuevo. — La señora río — Si, es Taehyung, si es a él a quien te refieres. — Asintió — ¿Necesitas algo más?
— No, de hecho....
— Entonces me iré — Sonrió a Jeon. — Y no te preocupes, encontrarás la manera de acercarte a TaeTae.
(🌻)
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Issues || J.J.KxK.T.H ~ Sunflowers 🌻 #01
Random«Los girasoles siempre están buscando el sol, cuando no lo encuentran, se buscan entre ellos y se dan luz y calor mutuo» ~