Capitulo 1

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 Hans estaba en un barco que se dirigía a Arendelle, ya que su padre consiguió convencer a la reina Elsa de que cumpliese parte de su condena allí, impuesta por la reina Elsa por intentar cometer regicidio, ademas de abandonar a su suerte a su querida hermana. Tardaría unos días en llegar a aquel reino gobernado por la reina de las nieves.

Mientras Elsa estaba explicándoselo a su hermana Anna y a su novio Kristoff, bueno la cosa no iba bien ya que Anna se negaba en rotundidad que regresara a Arendelle.

-No le quiero aquí Elsa, intentara volver matarnos, para quedarse con el reino.-decía a su hermana mayor una enfadada Anna.

-Anna, confiá en mi, no podrá hacerlo, estará muy vigilado y si lo intentara le congelaría entero.-dijo intentando tranquilizar a su hermana pequeña.

-Entonces si, ¿podría mandarle trabajos?-pregunto ella poniendo ojitos al estilo gato con botas a su hermana.

-Si puedes ponerle algunos, pero no demasiados pesados.-dijo sonriendola y por su respuesta su hermana la puso morritos, todos se rieron por ello, después todos se fueron a sus quehaceres.

Unos días después llego el barco que viajaba Hans, en el puerto estaba esperando la reina, un Kristoff sujetando a una Anna que tenia la intención de tirar al agua otra vez a Hans de un puñetazo en la cara.

-Kristoff suéltame ya estoy tranquila.-aseguraba ella para que el la dejase de sujetar, mientras estaba bajando Hans del barco y Kristoff cometió el error de soltarla.

Entonces Anna corrió hacia un despistado Hans ya que estaba pensando en como burlarse de ellos, cuando se quiso darse cuenta recibió un puñetazo en su cara tirandole al agua.

-Sacarle del agua.-ordeno la reina mientras miraba mal a una Anna que estaba silbando disimulando, mientras dos soldados ayudaban al hombre.

Cuando le sacaron del agua estaba matándola con la mirada a Anna, que ella también le devolvía la misma mirada, causando que Elsa suspirara.

-Principe Hans, ¿tiene algo de ropa seca? Para que se pueda cambiar no quiero que se enferme.-pregunto una seria Elsa al pelirrojo con un fría mirada hacia los dos pelirrojos.

-Si tengo algo de ropa seca en mi equipaje, que esta en mi camarote.-respondió él y la reina dio la orden que le acompañasen a cambiarse y después le trajesen.

-Anna ¿de que hablamos?- preguntó a su hermana la reina cuando ellos se fueron.

-Lo siento Elsa fue una reacción inconsciente.-se intento excusar ella, pero su hermana pidió a Kristoff a que la sujetase hasta que salieran del puerto.

Hans se cambio y le volvieron a escoltar hacia el puerto y Anna le quería volver empujar, pero Kristoff la tenia bien sujeta y su hermana la estaba fulminándola con la mirada y eso hizo que Anna se escondiera de ella usando a su novio.

-Vayamos al castillo, por cierto Hans si pretendes algo hacia mi hermana, cuñado o hacia mi persona te congelo vivo.-aviso al de las islas del sur mientras le esposaron.

Durante el camino fue tranquilo, ya que nadie dijo una palabra excepto los susurros de la pareja, también se encontraron con Olaf que empezó a repartir abrazos calentitos y la mejor parte fue cuando llego a Hans y también le abrazo, las hermanas y Kristoff se rieron disimuladamente de él.

-Si aparto al muñeco, la reina me congela que me da que no estaba bromeando sobre lo de congelarme.-pensó mientras era abrazado era mirado fijamente por la reina.

Cuando llegaron al palacio le llevaron a la oficina de Elsa y empezaron a hablar a solas, pero antes desesposaron a Hans y los guardias junto Anna y Kristoff salieron del despacho de Elsa.

-Otra vez a solas Elsa.- dijo Hans con aires de superioridad y poniendo sus pies en la mesa de ella.

-Reina Elsa para ti, quita tus pies de mi mesa.-él no la hizo caso así que ella le congelo un pie haciendo que lo quitara.

-Ahora a lo que nos concierne, como me interrumpas duermes atado y en la intemperie.-aclaro viendo que la iba a interrumpir y este se cayo porque la mirada de ella le advertía que iba en serio.

-Las tareas que harás a partir de mañana, sera cosa de Anna o de mi parte, eso si te piden un favor podrías hacerlo o no, pero si es orden directa de Anna o miá tienes la obligación de hacerlo, empiezas mañana, pero antes dame un masaje en los hombres- explicó y ordeno ella descongelandole el pie que lo congelo haciendo que Hans suspirara y se levantara de la silla.

-Podría estrangularla para matarla ya que esta tan huevo, pero no ganaría nada, si no perdería mas de lo que ganaría.- pensó él mientras se ponía detrás de la reina para hacerle el masaje que tan amablemente le pidió.

Cuando empezó a hacerla el masaje se dio cuenta que lo necesitaba mucho, ademas que tenia una piel muy suave a parte de fría por supuesto, después de un rato termino de hacerlo.

-¿Es suficiente reina Elsa?- pregunto Hans mientras seguía haciéndoselo. - Ya suficiente Hans y gracias, por cierto Hans dormirás en una de las habitaciones y con un par de guardias vigilandote, pero si te escapas de su vigilancia para hacer algún daño te congelo vivo.-le advirtió con seriedad.

-Entendido reina Elsa.- dijo serio Hans separándose de ella, para volver a donde estaba, mientras Elsa se levanto del asiento y dijo a Hans que la siguiera cuando abrieron la puerta se encontraron a Anna y Olaf espiandoles, mientras que Kristoff y Sven estaban alejados de Anna y del muñeco de nieve.

Anna cogió a Olaf de la mano y se lo llevo de allí corriendo, por la mirada que lanzo a su hermana Elsa estaba enfadada, Kristoff solo dijo me voy con Anna, porque tuvo miedo de su cuñada y se fue con Sven a buscar a su novia.

Elsa guio a Hans a su futura habitación en un necesario silencio entre ambos porque no sabían de que hablar, ademas que Hans estaba sumido en sus pensamientos, hasta que Elsa le indico cual era su habitación y entro con él para indicarle lo que tenia y no, para sus necesidades de aseo, ya tenia su maleta con su ropa en la habitación.

-Gracias Elsa por esto, pensaba que ibas a mandarme a los calabozos directamente, no una habitación me dejarías tener mis cosas de vestimenta y aseo.- dijo Hans agradecido con la reina, mientras que Elsa hacia un gesto de que no hacia falta que la diese las gracias.

-No hace falta Hans que me las des Hans es lo menos que podía hacer por ti, aunque no deberías recibirlo, pero aun así te mereces una segunda oportunidad y estas cumpliendo tu condena así que mereces la segunda oportunidad.- dijo Elsa mirando fijamente a los ojos verdes de Hans como él miraba a los ojos azules de Elsa.

Elsa sintió que por algo extraño se sintió atraída por los ojos de Hans, así que dejo de mirarle para después despedirse y salir por la puerta e irse a su estudio que tenia cosas por terminar, mientras los guardias hacían guardia en la habitación de él.

-¿Hans que sucedió allí te sentiste atraído por los ojos de reina de las nieves?- se pregunto así mismo cuando Elsa se fue de la habitación, cuando noto que le atrajeron los ojos de ella, mientras pensaba se tiro a la cómoda cama de la habitación.

Mientras que Elsa no paraba de pensar en lo que había sucedido allí, así que se dio una bofetada para concentrarse en sus deberes como reina, estuvo allí ocupada con ello hasta que termino con ello, cuando justamente llego Anna allí, para que fuera a comer ya que iba siendo hora de comer.

Fueron a comer encontrándose allí a Kristoff, Sven y Hans puestas y Elsa pidió que se las quitaran para después sentarse en la mesa a comer, aunque era un momento bastante tenso, porque Anna fulminaba a Hans con la mirada y viceversa causando un suspiro de Elsa por ello.

-Hans, Anna ¿podéis comer tranquilos? Sin asesinaros con la mirada mutuamente por favor.- pidió Elsa asesinando a ambos con la mirada haciendo que pararan Anna y Hans, comiendo con calma, cuando terminaron de comer, Anna Kristoff y Olaf salieron fuera del castillo para estar por el pueblo.

Mientras que Elsa escolto a Hans a su habitación junto a sus guardias, por el camino estaban ambos pensativos ya que estaban pensando en sus cosas, cuando llegaron a la habitación de Hans se separaron, Hans entro en su habitación y Elsa fue a seguir con su deber como reina.

La redencion de HansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora