Prólogo

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Cuando el sol salió y despertó con una horrible migraña Toby se encontró con algo estúpidamente irreal. Su corazón acelerado a más no poder y el exquisito olor del chico a su lado calando tan profundo en él y arraigandose bajo su piel.

Tim. En realidad Timothy pero era mejor llamarlo Tim; el chico de la clase de cálculo II con el que nunca entabló una conversación antes porque el simplemente lo odiaba. Entonces, ahora Toby se pregunta como terminaron en la misma cama y con una marca en el cuello, que a decir verdad duele como los mil infiernos ya que se supone que es él quien hace la marca.

Lo escucha removerse, pequeños quejidos bajos y el olor volviéndose más fuerte tanto que manda corrientes eléctricas por todo su cuerpo y sus manos ansiosas por tocar la piel blanquecina y con pecas de Tim. Y oh, jodido dios si existes, Toby no cree en los destinados ni en lazos que ya existen para reencontrarse, pero casi puede jurar que se enamoró del olor a miel y pino que eran de Tim, una combinación extaña para un omega, no única, pero si rara.

Y las punzadas vuelven, la noche de graduación donde todos beben a más no poder, por supuesto que iba a terminar esto mal. Aunque en realidad la molestia es lo más lejano en su cabeza cuando tiene a la vista los rosados y finos labios de Timothy, sin pensarlo mucho una de sus manos toca delicamente la piel de sus mejillas y el contacto es tan placentero que podría perderse en esa sensación, deslizando cuidadosamente y delineando el contorno de esos labios y bajando más hasta su cuello herido y con restos de sangre seca que lo incita a inclinarse y fundirse contra el aroma que libera, tan tentador y entumeciendo sus demás sentidos.

Hasta que Tim despierta y Toby puede darse cuenta de que no era un sueño más en donde se había follado a Timothy.

Toby descubrió que la mirada en esos ojos azules como el cielo cálido y despejado de nubes podían ser tan fríos como las profundidades del océano en el que se estaba ahogando y el olor del bosque de pinos olía a podrido ahora, como si hubiera sido quemado hasta reducirlo a brasas y la miel simplemente ya no estaba.

• Hated by Life • [ TicciMask ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora