Parte única.

965 107 25
                                    

Miró curiosa la escena frente a ella, dejó las cosas que Senku le había pedido anteriormente a un lado, acomodándola para luego caminar hasta él, lo más sigilosa y cautelosamente posible; y asomándose, se dio cuenta de lo que pasaba: Senku Ishigami, el científico y líder del Imperio científico, estaba durmiendo.

O descansando.

Sabía que no era extraño que alguien durmiese y también, no había sido la primera vez que ella lo veía dormir. Sin embargo, era en estos momentos en los que podía apreciar más sus rasgos faciales; verlo tranquilo y seguro.

Parpadeó, saliendo de su ensoñación y apartando sus extraños pensamientos, buscando con la mirada algo para cubrirlo del frío de la noche, que estaba por caer. Con la manta en mano, se acercó a él, arropándolo, siempre teniendo cuidado de no despertarlo pero de abrigarlo lo suficiente. Sonrió al ver su labor terminada.

Reprimió un bostezo, mirando levemente ceñuda al durmiente Ishigami. Tal parece que le había pegado su sueño.

Se asomó fuera del pequeño laboratorio de Chrome, cerciorándose de que nadie estuviese cerca o los viese, también de que Gen no estuviese por ahí e hiciera de las suyas. Cuando confirmó que no había nadie cerca, volvió hasta donde él estaba – que él estaba dándole la espalda a la entrada –, y acomodándose a su lado, mirando para la entrada, cerró sus ojos, somnolienta y así, cayó en las garras del sueño.

No había sido consciente de lo cansada que estaba, hasta que se acostó a su lado y cerró los ojos. Tal parece que, estar a su lado, le daba seguridad y confianza... O algo más también.

Al cabo de unas horas, Senku despertó al sentir algo de cabello – que no era suyo – entre sus dedos, pues había usado su brazo como almohada. Parpadeó, desperezándose y así, volteando – siendo consciente del hecho de que una manta lo cubría – para reparar así, que Kohaku era quien dormía a su lado.

La muchacha se veía bastante tranquila y relajada. Al parecer la leona de siempre, podía ser un gatito también; sonrió por un instante ante su comparativa.

La admiró por unos minutos, para luego extender su mano y acariciar suavemente sus cabellos rubios. Ella no se inmutó.

O en verdad estaba muy cansada o a su lado sentía bastante confianza y seguridad. Sonrió nuevamente.

– Descansa, leona – murmuró, ahora él arropándola. Mientras revisaba algunos planos que tenía consigo antes de dormir.

Y es que todos debemos descansar alguna vez, por muy breve que sea. Para así, recobrar fuerzas y seguir con las actividades del día a día.

Por lo que sí, que Kohaku o él descansaran, no estaba de más.

-Traumada Taisho

Descansa  [Senku/Kohaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora