<𝓟𝓻ó𝓵𝓸𝓰𝓸>

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La vida de JeongIn era perfecta. Su padre trabajaba mucho pero siempre tenía tiempo para él, y eso era todo lo que el pequeño necesitaba. Amaba mucho a su padre. Amaba que le comprara helados y que le hiciera mimos por la noche. Amaba que le cantara y que lo llevara al parque a jugar. Amaba todo lo que su padre hiciera, pero ahora ya no sólo lo hacía para él. Un tercero entró a su pequeña familia y le quitó al hombre que lo hacía feliz; le quitó a su padre. Pero JeongIn no se iba a quedar de brazos cruzados, oh, no. Lo recuperaría sin importarle el costo y alejaría a ese tipo de ambos, para así volver a ser una perfecta y pequeña familia de dos viviendo bajo un mismo techo.

—¿JeongIn, quieres que te compre un helado cuando regresemos a casa?

El menor observaba a ese desagradable tipo. Sabía que siempre se comportaba amable para manipularlo y al final quedarse con su padre, pero no lo dejaría salirse con la suya. Aunque en ese momento aceptara el helado, no lo permitiría jamás, o dejaba de llamarse Seo JeongIn.

Ah, siempre que lo miraba, recordaba cómo fue que llegaron a tener al tal Felix todos los días en su casa, recibiendo mimitos y besitos de parte de su padre, mientras que a él... También le daba mimitos y besitos pero no era lo mismo, claro que no.

☙☙☙

—Papi, llegas tarde. —El pequeño niño se quejaba de ChangBin; su padre, mientras esperaba sentado en uno de los escalones de la salida junto a su profesor.

—Lo siento mucho, Innie. Debía atender unos asuntos en el trabajo. ¿Perdonas a papá?

El pequeño hizo un puchero al principio, pero pronto sonrió y se lanzó a los brazos de su progenitor.

—Está bien. Te perdono papi, pero tendrás que comprarme un helado.

—Claro, Innie, te compraré un helado. Lo siento mucho MinHo. —Esta vez se dirigió al otro adulto.

—No te preocupes, ChangBin. Sé lo difícil que es para ti, tienes suerte de que tu mejor amigo sea el profesor de tu lindo niño.

Seo sonrió. Se alegraba de tener a alguien como MinHo a su lado.

—¿Cómo se comportó hoy?

—Fue muy obediente y es un niño muy inteligente, ¿Verdad, JeongIn? —MinHo se agachó a la altura del pequeño y revolvió sus cabellos despeinándolos un poco, para después recibir un asentimiento con la cabeza, acompañado de una cálida sonrisa por parte del menor.

—Parece que lo estoy educando bien.

—Haces un gran trabajo, créeme.

—Gracias MinHo, por todo.

—Ya me lo pagarás invitándome una pizza.

—¡Profesor MinHo! ¿Podría ayudarme a mover las mesas, por favor? —Jennie, una profesora de la institución gritó desde uno de los salones.

—¡Por supuesto! Debo irme. —MinHo se despidió con una sonrisa y pronto se dirigió al salón de su compañera a paso veloz.

—¿Comeremos pizza con el tío MinHo?

—Por supuesto, pero otro día será. ¿Vamos por tu helado?

—¡Sí, papi! —JeongIn tomó la mano de su padre para caminar hacia el auto mientras daba pequeños saltitos de alegría.

☙☙☙

—¿De qué sabor quieres tu helado, Innie? —preguntó ChangBin cuando estuvieron en una heladería.

—¡De chocolate! —respondió emocionado mientras levantaba las manos lo más que podía.

—Muy bien. —Sonrió y se dirigió hacia la joven que atendía el lugar—. Disculpe, ¿Podría darme un helado de chocolate?

𝙴𝙻 𝙰𝙼𝙸𝙶𝙾 𝙳𝙴 𝙿𝙰𝙿Á||𝑪𝒉𝒂𝒏𝒈𝑳𝒊𝒙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora