𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓 𝒀𝒐𝒖, 𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒀𝒐𝒖

After you...Before you

...9 años después de la Sangre del Olimpo. California...

—No crees que ya es tiempo de que la desconecten, ya es momento de que la dejes descansar.

—Se que ya han pasado muchos años —suspiro con el cansancio acumulado durante tanto tiempo—, pero aun guardo la esperanza de que mi hija despierte.

—Pero ya escuchaste a los doctores Frederick —le recordó una vez más— y aunque nos cueste aceptarlo las posibilidades de que Annabeth salga del coma son casi nulas —tomó la mano del rubio—. Se que te cuesta ver la realidad porque es tu hija y sé que te duele verla así, pero créeme que a mí también me duele verla postrada en esa cama porque, aunque no lo creas también he llegado a verla como una hija más.

—Lo sé —reconoció—. Tal vez tienes razón —su voz se entre corto—, tal vez es momento de aceptar la realidad y seguir adelante como todos lo hicieron.

—Es la mejor decisión —expresó la mujer—. ¿Quieres que prepare todo?, ¿Qué le avise a alguien?

—Me gustaría encargarme personalmente de todo —comentó—. Quiero que la despedida de Annabeth sea algo privado... solo le avisare a Quirón y dejaré en sus manos si considera apropiado decirle a alguien más después de todo hace mucho que dejamos de tener contacto con los amigos de Annabeth.

Podemos hacer mil planes perfectos, pero al final es el destino el que se encarga de forjar nuestro camino y este no siempre resulta como esperamos.

La puerta se abrió mientras Frederick y su esposa entraban a la habitación.

—¿Es usted el nuevo doctor? —preguntó la señora Chase al ver al joven revisando el expediente de su hijastra.

—Si, soy el doctor William Solance —extendió su mano—, es un gusto conocerlos al fin.

—Conocernos —recalcó Frederick—, lo dice como si usted...

—Yo conozco a Annabeth desde el campamento —interrumpió mientras posaba su mirada en la chica—, yo estaba ahí cuando resultó herida. Lamento tanto no haber podido hacer más por ella en su momento —suspiro—, pero ahora estoy aquí y prometo hacer todo lo posible por ayudarla a recuperarse.

El matrimonio Chase se miró meditando ante las palabras de Will.

—Respecto a eso... decidimos que lo mejor es desconectar a Annabeth, por eso estamos aquí, solo quiero que mi hija al fin descanse.

—¿Usted está... hablando enserio? —preguntó con sorpresa el hijo de Apolo—, ¿está dispuesto a dejarla morir? —termino de decir con tono acusador.

—Dejarla morir es lo que menos quiero —explico afligido—, pero seamos realistas Annabeth no ha tenido ninguna mejoría en nueve años... yo solo quiero dejar de prolongar su agonía.

—Pero... —trato de rebatir.

—Lo siento, pero la decisión ya está tomada —expresó con seguridad—. Voy a comenzar el trámite para desconectar a mi hija.

—Está bien —murmuró el joven médico con aflicción sabiendo que si Frederick ya había tomado la decisión él no podría hacer nada para evitarlo... o tal vez sí.

...Horas después. California...

—Posiblemente esto sea una locura, pero es la única posibilidad de evitar que desconecten a Annabeth —sonrió—. Entonces qué dices sombrita me llevarías a Florida.

—¿Entonces quieres que te lleve en un viaje sombra? —preguntó de brazos cruzados mientras trataba de esconder una sonrisa.

—Si justo eso es lo que quiero —entrecerró los ojos—. No me digas que te vas a hacer del rogar.