1: No confiar en Nadie

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1 : No Confiar En Nadie.

-Emma Pearson.... Emma....Emma!!!!!


-Presente!


-Tienes que estar más atenta.


Esa de ahí era mi tutora, la señorita Cruz. Estoy en mi última clase del día, hoy ha sido el día mas aburrido de mi vida. Llevo 1 semana en Canadá, solo llevo aquí una semana y ya se me han presentado mas de 44 persona que no conozco y no tengo previsto conocer. Espero quedarme aquí el menor tiempo posible.

Me llamo Emma Pearson, tengo 17 años, mido 1'68, tengo el pelo castaño y largo. Tengo los ojos un poco peculiares, sabéis lo que es la Heterocromía, bueno es que tengo los ojos de diferentes colores. El derecho lo tengo de color marrón y el izquierdo azul.

Me describiría como una persona cerrada, (por si no os habéis dado cuenta). Me cuesta abrirme a personas.

 Laclase pasa sin ninguna , mientras la profesora explica me centro en acabar el dibujo que empecé ayer en la clase de biología. Se me da bastante bien dibujar, pero solo lo hago por diversión. Estoy tan concentrada que no me doy cuenta de que alguien se ha sentado a mi lado, pero ya era demasiado tarde para decirle que estaba ocupado. Puedo ser una chica cerrada, pero ojos tengo, y deciros que el chico que tengo al lado es guapo es poco, tiene los ojos puestos en la pizarra. De soslayo me fijo en su perfil marcado, esa mandíbula marcada, esos rasgos definidos... esos labios rosados... pero me obligo a mi misma a dejarlo de mirar. No me ha ni saludado, pero por mi mejor, se nota de lejos que es una persona fría, su falta de expresiones faciales lo asegura. Seguro es uno de esos jugadores de fútbol, que solo se lleva bien con su equipo, i que solo busca diversión en una chica, pero nada más.

¿Pero eso a mí que me importa? Ya tengo suficiente con mi hermano mayor, que, por cierto, se ha acostumbrado perfectamente a este pueblo, a diferencia que yo.

La clase termina y soy la primera en salir de ahí, tenia ganas de hirme ya a "casa". Mike, por la mañana me dijo que hoy no podía llevarme a casa, así que tendría que ir caminando. Mi casa no esta muy lejos de la preparatoria, así que preparada me dispongo para llegar a mi casa- 

En el camino voy pensando en la cantidad de casas y de personas que viven en su barrio, pero no conozco a ninguna persona. La mayoría de personas del barrio nos han traído galletas o flores para darnos la bienvenida, pero usualmente las galletas acaban en la basura igual que las flores. No penséis que no me gustan las galletas, es que normalmente me olvido de que nos las trajeron y acaban poniéndose malas.

Después de 10 minutos caminando me encuentro frente a la puerta de la entrada. Busco en mi mochila las llaves, pero no las encuentro. Saco todo: el móvil, las libretas, los bolígrafos, pero no, no están las puñeteras llaves.

-MIERDA

Joder, mama hoy no esta en casa tiene doble turno y mi hermano a saber que guarrearías está haciendo. Solo me queda esperar fuera a que alguna de los dos llegue, pero creo que ninguno de los dos va a llegar antes de las 21:00 y son las 14:00.

Me siento en las escaleras de la entrada y saco el móvil i los auriculares, para escuchar música mientras leo un libro.

Mientras mas tiempo paso leyendo el libro mas me sumerjo en la historia, pero una notificación de WhatsApp suena en mi teléfono y cuando la abro aparece el numero de la persona de la que he deseado que contactase conmigo desde las 14:00, Mike. Al principio cuando me suenan notificaciones de WhatsApp siempre me pongo nerviosa, esperando ver algún numero desconocido o el mismo numero que me llama todos los días, ese número de teléfono que parece perseguirme de sol a sombra. Pero con los años he empezado a ponerme limites y normas a mi misma para que estas situaciones no acaben mal, o extremadamente mal.

Todo esto empezó cuando tenia 14 años, los primerosmensajes, las primeras amenazas. Fue ahí cuando decidí hacerme unas normasbásicas para mi seguridad, porque una de las cosas que he aprendido estos últimosaños ha sido a cuidarme sola, sin ninguna ayuda.  

La vida de Emma PearsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora