Llegando al aeropuerto no le pongo atención a nada. Estoy tan molesto por haberme regresado, pero no es mi culpa. Además mi madre pudo haber tenido un accidente muy horrible para que me llamaran alterados y diciendo que me diera prisa. No quería pensar en eso, no quiero nada malo para mi madre, ella es la única familia que tengo.
Tengo tan pegada en mi mente a esa niña grande. Bueno lo mejor será averiguar qué le está pasando a mi madre y luego hablar de mi amada. Pedí un taxi luego de tomar mi maleta y sin dejar de presionar esa bella pulsera que me hacía sentir a Amy justo a mi lado. Eso me tranquilizaba aunque mi rostro siempre estaba preocupado.
Llegué a mi casa y entre como niño en juguetería, fui hacía el cuarto de mi madre y no estaba... Sólo encontré una nota que decía: "Raúl, debes venir al hospital, tú necesitas ver rápido a tu madre".
Dios, estoy en shock. Salgo de mi casa y tomo una motocicleta que tenemos en casa, me voy como una bala hacía el hospital. En todo el camino voy pensando en lo malo que ha de ser su estado, y sé que tiene a alguien que le ayuda que es mi vecina, Jossy, ella siempre está atenta a las cosas de mi mamá, le ayuda en la casa a hacer todo, desde oficio hasta comida y demás.
Llego al hospital y veo a Jossy un poco pálida, Dios, esto me está poniendo mal.
-Jossy, ¿qué ha pasado? -Le hablo directo a los ojos tratando de no verme tan preocupado ante ella.
-Raúl... Tu madre ha tenido un infarto... -Su voz se empieza a cortar. Nunca había visto a Jossy así, y menos con lágrimas empezando a salir de sus ojos color gris. Nunca pensé que en serio le importara, tanto como a mí, mi madre.
-¡Dios no...! -La abrazo como impulso de querer verla llorar. -¿Qué más ha pasado Jossy...? -Le digo tratando de tranquilizarla dando palmadas en su espalda como a una pequeña.
-Y-yo estaba frente a ella hablando y de pronto su vista se perdió, me tomó de la mano fuerte y se tomó del pecho. Lo último que me dijo fue que te llamara y así lo hice. Te llamé luego de entrar al hospital... -No había escuchado así a ninguna persona, ella estaba destrozada por mi madre y me estaba pegando ese sentimiento.
-Y... ¿luego? -Le digo limpiando su rostro, trato de ponerle atención aunque en mi mente tengo a Amy, ella no podrá conocer a mi mamá según lo que me está diciendo Jossy. Esto me está poniendo muy mal.
-Los médicos la han estado puesto bien, está muy delicada. Habla con la enfermera y dile que tú eres su único familiar, tal vez a ti sí te dejen entrar con suerte. -Me dice limpiándose todo el rostro.
-Gracias Jossy, me ha puesto un poco mejor esto que me has dicho. -Le doy un beso en la frente y pienso. Por qué estoy haciendo algo así. Amy me ha afectado tanto que ahora muestro cariño a cualquiera.
-No fue nada Raúl, haz que me dejen entrar contigo o tú cuéntame luego cómo se encuentra Laura. -Me decía y tomó asiento de nuevo afuera de la habitación de Laura, mi madre.
-Haré lo posible, Jossy, gracias por estar atenta de mi madre. -Le sonrío y me voy a por una enfermera.
-No es nada. -Grita y luego se cubre la boca como arrepentimiento. No debe gritar así en un hospital.
Al encontrar a la primera enfermera en mi camino le doy todos mis datos y me dice que no puedo entrar a ver a mi madre... Ella debe descansar un poco más. Que si todo sale bien, esta misma noche podré verla. Acepto sus condiciones con disgusto. Pero, ¿qué más podía hacer en un momento así?
Me fui a sentar al lado de Jossy y la rodeé con un brazo, le acariciaba el brazo donde tenía mi mano dando a entenderle que ella puede confiar en mí.