Anxiety

Disclaimer Yakusoku no Neverland no me pertenece así como tampoco sus personajes. Posible OoC. Nada de lo escrito tiene relación canonica con la historia original.

Nota de autora: tengo sueño, tengo mucho miedo, sufro de una fobia horrible a la noche, perdón por esto.

No soy fan de romantizar enfermedades, no soy fan de escribir sobre armas, no soy fan de escribir en argumentos tontos que usaría si hubiera una tragedia a mi alrededor pero—

***

Viven dentro de ese extraño —y aterrador— mundo. Habitado por seres inimaginables que vivían alimentándose diariamente de su carne. Viven como ganado que ha escapado de entre las finas y ensangrentadas garras de sus predadores, se dan el lujo de pasear alegres dentro de ese refugio subterráneo  que aparenta ser seguro. 

Creen que el tiempo es suficiente, un par de años, una promesa por cumplir y un pasillo mortal en el centro de un acantilado por recorrer. Creen que las horas que dedican al pensar de cómo sobrevivirán al día siguiente son suficientes. Creen

No, aun no se les permite volar libres, fuera de esa jaula —que antes, cuando estaban en su granja, era de oro— oxidada y con barrotes torcidos. Seguían atrapados en ese mundo aterrador —que les permite vivir un rato—, permitiéndose ser felices y respirar. 

Respiran con prisa, apurados, corriendo entre las hierbas y pisando las ramas caídas de los árboles monstruosos. Resoiran a duras penas mientras las sangre cae de su cuerpo a montones a causa de un rasguño del enemigo que apenas los ha tocado

Después, sonríen y dan vuelta a las páginas del libro guía.

Y eso se unía a su lista de: "cosas aterradoras" en su vida.

Porque, ¿Quién les aseguraba que su felicidad sería eterna?, ¿Quién les podía confirmar que al día siguiente no serían emboscados y masacrados en ese mismo lugar, al que se dieron el lujo de llamar "Un nuevo hogar"? Ella sabía la respuesta: Nada ni nadie.

Nada en ese lugar les aseguraba seguridad. Ellos tendrían que buscarla dentro de ese andrajoso y asfixiante lugar, y mantendrían el deseo hasta que fueran capaces de encontrarla.

Nadie les prometía protección y cuidados de por vida. Y aun así, ellos se atrevían a ser tan escandalosos como su naturaleza se los permitía. 

Ella procuraba no hacer ruido.

Porque no sabía lo que venía.

Como aprendiz de Lucas y estudiante de medicina había aprendido una cosa, indirectamente, porque ni Lucas, ni Zack se lo quisieron decir con claridad.

De un momento a otro la vida de alguien que se la pasa riendo, puede correrse entre tus manos. Serán tus manos las que sostendrán el último suspiro de vida de aquel que fallezca en cirugía. Y solo serán tus hombros los que carguen con la culpa, y solo serán tus labios los que quedarán sellados con el fin de evitar soltar el grito de dolor ahogado.

"—Solo serás tú quien tenga la sangre en su piel, y tallarás con odio tus manos y tu ropa intentando removerla a pesar de que no haya ni rastro de ella ya."

Practicamente, eso era.

Sus amigos eran marionetas, sus vidas eran hilos y ella el titiritero.

Aprendió a sobrellevarlo, si no fallaba no habría arma que perforara su corazón. Si no fallaba la obra de teatro guiñol saldría según lo que marcaba el guión. Si no fallaba—

¿Y si fallaba?

¿Qué se sentiría fallar?

"La curiosidad mató al gato" dicen aun en esas tierras tan lejanas de una realidad imaginable para cualquier ser humano en la otra parte del mundo.