Prólogo

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Nunca me he logrado explicar como a pesar de haber tratado de hacer todo bien en la vida de igual manera terminaba mal. Fui la hija perfecta, la novia perfecta y la empleada perfecta pero no importa lo que haga porque de alguna manera, por el  más minimo error que cometa soy sentada en una silla y juzgada como la peor de las criminales por las personas que, según, "se procupan por mi".

Estoy cansada de finjir que me gusta una vida que en realidad me agobia. Todo lo que he hecho hasta ahora lo he hecho para satisfacer a alguien más y nunca por mi, y aun así he terminado en la peor semana de mi vida. ¿Me pregunto si habría cambiado en algo si hubiese hecho lo que queria hacer? 

Me seco las lágrimas y decido conducir hasta mi apartamento ya que de todos modos me habían dado la tarde libre en el trabajo, si es que se le puedo llamar trabajo a ese lugar que succiona toda la felicidad de un ser humano. 

Cuando llego al apartamento la soledad que me recibe me recuerda otra de mis desgracias esta semana, mi esposo desde hace cuatro años finalmente ha tenido el coraje de decirme que me ha estado engañado desde el día en que nos casamos y que ahora ella estaba embarazada y él quería ser feliz; como si yo se lo hubiese impedido todo este tiempo.Uno pensaría que eso es lo peor de todo, pero cuando llamas a tus padres tratando de buscar consuelo te encuentras con que ellos te culpan de la separación y de la infidelidad.

"¿Por qué no le diste un hijo tu primero? Seguramente se aburrio de esperar, Alice". Aun resonaba las palabras de mi adorada madre en mi cabeza.

Decido prender la televisión y ver una pelicula con un pote de helado, porque quiero ser un cliche de los romances por solo un momento. Luego de varios minutos me decido por La Sociedad de Los Poetas Muertos. 

Un pote de helado se va, y luego otro esta en mis manos y cuand voy por el tercero y la pelicula ha terminado depronto me golpea. Ya está. Siempre fui quien las demás personas querian que fuera. Siempre fui lo que esperaban de mi y deje que literalmente 32 años de mi vida se fueran de mis manos. Pero desde ahora en adelante voy a vivir en mis propias reglas, sí, viviré el día a día como Robin William decía, sin importarme la opinion de los demás y haciendo lo que me haga feliz. 

Y comenzaré lanzandole un zapato a mi jefe. 

La Teoría del Carpe DiemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora