d e u x

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Las semanas bastaron para darme cuenta que el problema no era conmigo, sino con ella. Y es que debido a ese hallazgo, ojo por ojo, en el que inconscientemente le puse mucho valor para fijarla en mi memoria como si fuera un recuerdo, en el instante en que cerraba los ojos para dormirme, ella se manifestaba en cada alta noche tranquila.

Su cabello la hacía distinguir como una mancha a lo lejos cada vez que fantaseaba escenarios creados por mi subconsciencia y mi intensidad protestaba por imaginármela de maneras distintas. Y obtuvo su cometido, ya que una noche como cualquiera soñé con su presencia; en una habitación que reinaba la lobreguez a pesar de haber una vela esférica y blanca que iluminaba poco. No me dio mucho tiempo en reconocerla al ver como aparecía de repente, sin embargo, mientras trataba de penetrar la oscuridad me percaté de que se hallaba desnuda. El efecto de su aura amena acercándose viéndome fijamente, me mantuvo tan absorto al sentir su tacto sólido en mi rostro, sus ojos fulgurar y su voz en mi oído, musitándome algo que no logré entender; su piel como la luna abrazarme por el cuello y luego sentir su pecho en mi pecho.

Lo recordaba todo; hasta la sensación más insignificante.

Solo que aquello se había convertido en un fastidioso problema. Uno en el que en estas dos puñeteras semanas no pude dominar la concentración de mis acciones, que me prohibía estar en donde debía estar: cosas tan sencillamente primordiales como mi trabajo, mi casa y mi vida. Todo por una joven que ni conocía y que solo la había visto una sola vez. No obstante, ¿era acaso yo el culpable, el equivocado por no ignorarla con todas mis fuerzas aquel día tan destacado? Es que maldita sea, mi contradicción era horrorosa teniendo presente su imagen sublime que era como una montaña de maravilla que me deleitaba en un encanto embelesado con solo pensar en sus ojos; extraños para mí, pues estaba lejos de siquiera pensar que existía un caso de esa grandeza. ¿Cómo era posible que el color de un ojo era diferente al otro? Mi ignorancia declaraba que era algo tan extraordinario como impresionante, y fue una de esas razones que me sometieron estando obsesionado con ello en estas dos semanas enteras, que me empecé a sentir inquieto, molestamente frustrado y hasta llegué a no soportar mi desasosiego cuando, prendí mi ordenador, y busqué hasta investigar a fondo.

Pero no me tomó tanto tiempo investigar; fue más rápido de lo que esperé, y después, ese término extraño y ese nombre con esas letras que sobresalieron ante mi vista, fueron testigos de mi curiosidad al momento de leer la palabra Heterocromía.

—Jimin –el llamado de Hoseok causó un súbito despabilamiento de mi parte cuando oí mi nombre, y me gustó que lo hubiera hecho ya que estar distraído más de una vez hoy, no era suerte mía. Hice un suspiro muy corto antes de mirarlo y agarrar un vaso con agua que estaba a mi alcance.

—¿Mmh? –respondí solo por responder en un tono desentendido mientras bebía de mi vaso. Simplemente había creído que no sería algo de alguna relevancia porque siendo franco, él y yo hablaba de cosas tan normales, estúpidas e insustanciales que en sólo pensar que entablaríamos una conversación de esa forma, como siempre lo hacíamos al igual cualquier persona del mundo, involuntariamente hice un gesto en un estado de aburrición que lindaba con el desinterés de no querer hablar.

Y es que todo el ambiente era incómodo: él se encontraba diferente y estaba seguro que él tenía el mismo pensamiento hacia mí, pues últimamente se me estaba dificultando la situación en no fingir esfuerzo para no rememorar a esa niña sin nombre, y qué va, al parecer con él tampoco las cosas marchaban bien. Fue entonces que analicé y medité mejor mientras se escuchaba en la lejanía de la sala a mi amigo terminar de masticar su comida en mi sofá: estuve en la sorpresa advenediza con la llegada de Hoseok a mi apartamento en un lunes por la tarde, en el que se suponía que sabíamos perfectamente que ambos trabajábamos y andábamos ocupados. Desde luego, después de compartir pocas palabras, lo básico, no aguanté ni lo pensé muchas veces para preguntarle por qué se hallaba aquí y supe que me mintió cuando contestó, de la manera más despreocupada pero con un deje de eficacia disfrazada, que no tuvo trabajo y que solo quería visitarme.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2020 ⏰

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Áureo | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora