Entre Dos Mundos

She

Y ahí estábamos.... tú y yo...

Lado a lado, polos opuestos... ambos con una misión, matar al otro.

Nos apuntabamos mutuamente con aquellas pistolas, cargadas con balas de acero, dispuestas a dañar.

Recordé como empezó todo, los momentos contigo y lo bien que la pasábamos juntos, nuestra misión era conocer al enemigo, para después matarlo...

Sin embargo los sentimientos surgieron de tal manera, que comencé a amarte, por ello, no podía hacerlo, no quería matarte, ya que después, no me lo perdonaría...

Baje mi arma, esperando que tu hicieras lo mismo, más sin embargo... No lo hiciste, seguías ahí, firme y dispuesto a disparar, y entonces, entendí que no lo harías, no bajaría tu arma, no me perdonarías la vida así como yo lo hice contigo.

Las lágrimas no tardaron en llegar a mis ojos, me arrodille ante ti, solté el arma y levante los brazos en forma de rendimiento.... prefería que me matarás a tener que hacerlo yo, y despues tener que soportar la idea de vivir sin ti.

No entendía por que aún no disparabas, así que levante la cara, nuestras miradas chocaron y sin más dijiste "Lo siento... Pero tengo que hacerlo", mi corazón se estremeció, la fuerza me faltó, el aliento se me escapo... Y por mi mente pasaron demasiados recuerdos a lo largo de mi vida " TE AMO" grite sin más al momento en que disparaste.

La bala impacto justo en mi pecho, poco a poco observe como la sangre corria por mi ropa, caí totalmente al piso, tan frío, tan duro en el cual comenzo a hacerse visible ya un gran charco de aquel líquido rojo. Te acercaste corriendo a mi, me tomaste en tus brazos y repetias una y otra vez la misma frase "Perdóname, lo siento tanto... POR FAVOR PERDÓNAME!!!", comenzaste a llorar y yo sólo pude acariciarte la mejilla y con el poco aliento que aún quedaba en mi, contesté "no hay nada que perdonar..." mis ojos comenzaron a pesar y pude ver aquel túnel blanco del que tanto hablan, sin más deje de sentir y antes de irme por completo de este mundo lleno de amor y agonía escuche la voz de aquel chico que me enloquecia pronunciar las palabras con las que pude darme cuanta, de que a pensar de todo, fui feliz: "También te amo y te amaré por siempre".