Era un verano caluroso como otro cualquiera. Se acercaba mi cumpleaños, ya contaba las horas, minutos y segundos que faltaban. El esperado día llegó rápido. Mis padres me regalaron algo que esperaba con ansias, un viaje a Torino. Tenía la impresión de que me iban a llevar al campús de la Juve. Deduje todo esto al ver su lígero equipaje y el maletón que me hizieron llevar a mi. La Juventus ha sido mi equipo favorito de fútbol desde que mi ídolo Fernando Llorente llegó allí.
El viaje de avión fue eterno, bueno no tanto ya que me quedé sopa.
Había muchisima gente al llegar al aeropuerto. Ya sé que soy importante, pero no es para tanto. Minutos después me dí cuenta que no era por mí sino por los jugadores de la Juve.
-Oh, dios mio-gritó un iluminado al ver a Pirlo
-¡Quita coño!-lo aparté y me puse en primera fila
Saqué mi móvil y me puse a hacerme selfies con ellos como si no hubiese un mañana. Sin duda, este está siendo un viaje muy productivo.
Mis padres me acompañaron hasta el campus (Juventus Center) y allí me dijeron que me habian apuntado. Me hice el sorprendido y en realidad lo estaba.
-Cariño, te hemos apuntado al de hablar en inglés, era eso o italiano-dijo mi madre