Sumisa [1]

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El baño en la mañana era lo único que la ayudaba a mantenerse pegada al suelo hasta que terminara de proscesar el hecho que ya era de día y tenía que estudiar.

Cuando salió del baño se encontró a su novio acostado en la cama completamente lleno de sudor. Le lanzo una mirada de reproche.

- Me vas a dejar la cama apestando a sudor Katsuki-kun. - se quejó la muchacha que se acómodo frente a él con los brazos cruzados, no recibió respuesta. Suspiro cansada - Me cambiare

Por fin la miro a los ojos aunque no fue mucho tiempo, sus ojos rubí recorrieron su cuerpo que a duras penas era cubierto por la pequeña toalla rosa. Sonrió divertida. Desde la semana pasada cuando lo ató a la cama él se negó rotundamente a tener cualquier tipo de acercamiento de carácter sexual, realmente estaba enojado.

- ¿Ves algo que te guste? - pregunto con voz seductora mientras se acercaba al rubio

Pero era claro que Ochako había olvidado algo, Katsuki no estaba atado y no podía lanzarse así a la boca del lobo sin recibir al menos una mordida. Cuando estuvo lo suficientemente cerca el muchacho tomó una de sus manos y la jalo en un movimiento brusco a la cama. Cayó sobre él sin embargo no tuvo oportunidad de hacer nada cuando invirtió las posiciones.

Iba a reclamar pero sus labios se unieron con los suyos de manera desesperada. No se quejó. Sus lengua se movían en busca de un sentimiento de saciedad que ambos sabían que no conseguirían con solo eso.

La primera mordida y Uraraka se empezaba a calentar, tal parecía que el muchacho también puesto que de un tirón le quito la toalla. Los besos empezaron a bajar deteniéndose en su cuello -sabía perfectamente que era su punto débil-, primero fueron besos lentos -toques delicados- que de repente pararon. Katsuki empezo a acariciar el cuello de la muchacha con su nariz como si intentara capturar su aroma. Ochako se quería quejar, quiero más gritaba su mente y su cuerpo, odiaba cuando la dejaba esperando así.

Una mordida tan fuerte que se lastimó el labio al morderlo y evitar que el grito saliera. Su novio masejeaba sus senos con ferocidad, sentía que se romperían pero cuando el muchacho empezó a chupar sus pezones sabía que lo que se rompería sería su cordura. Sus vagina se dilataba sin parar estaba húmedo y pedía a gritos ser llenada por su enorme pene.

Como si leyera su mente metió dos de sus dedos en su vagina, no pudo evitar gemir ante aquel acto que apareció de repente. Pronto empezarían las clases, estaba segura de que todos estaban despiertos y si hacia algún tipo de ruido los atraparian, él también lo sabía pero no parecía importarle.

Sus dedos empezaron a penetrarla cada vez con más fuerza mientras que con su otra mano y boca se encargaba de los senos. Su mano derecha descendió hacia la sudadera del muchacho donde se encontró con su erección apenas notable. Fruncio el ceño. ¿Como es que él apenas estaba así cuando ella estaba apuntó del orgasmo?

Lo dedos que la penetraban dejaron de hacerlo para alejar su mano del miembro del muchacho. Se sintió indignada ante aquel desplante pero su cabeza se perdió en la excitación de nuevo cuando la mordió en el cuello con fuerza.

- Metelo... por favor - pidió entre jadeos

La penetró sin más. Volvió a soltar un grito que tuvo que callar mordiendo su labio que a esa altura estaba apuntó de quebrarse. El hecho de que no la embistiera con su típica brusquedad se le hacía más raro que el hecho de que no usará un condón. Estoy en mis días seguros, recordó.

Bakugou se levantó de la cama con una sonrisa orgullosa mientras la caliente castaña lo miraba confundida. Saco el pequeño control del bolsillo de su sudadera y dio click en el botón que decía On, una sinfonía de gemidos abandonaron la boca de la chica mientras el aparato vibraba dentro de su vientre alterando cada parte de su sistema nervioso.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2020 ⏰

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Una sumisa agresiva [KACCHAKO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora