𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐅𝐀𝐓𝐔𝐎, JAEDEN M. & WYATT O.

amore, amore, amore

𝑪𝑯𝑨𝑷𝑰𝑻𝑯𝑬 𝑰𝑰

"mi niño, quién posee una armadura invisible, seguramente invencible. tu sabes sobre esto, pero te lo contaré de una forma diferente a lo que casualmente escuchaste de los demás. hace considerables siglos, cuando ni siquiera los primeros reinos se levitaran de la tierra de los bosques, pero lo que si despertó en ese entonces, son las que se creen ser las primeras almas gemelas existentes. una tragedia no merecida"

"una tarde oscura una mujer y un hombre se cruzaron frente en una fuente, se corre el rumor que se encuentra en un lugar cerca de arcius pero escondido, casi imposible de encontrar. una fuente de dos ángeles completamente separados hechos piedra, ambos sujetos se quedaron horas mirando esa fuente con hipnosis, sin saber muy bien que uno estaba junto el otro. cuando dejaron de estar hipnotizados por un profundo calor por las dos figuras sus ojos se encontraron, fueron sentimientos encontrados muy complicados de describir" ohelia suspiró, temblorosa sintiendo su garganta raspar.

"tuvieron varios encuentros durante varias noches o días, ansiosos por verse con sus pechos acalorados. una noche, se juntaron como siempre acordaban pero algo era diferente... sus pechos brillaban más que los primeros rayos de la mañana, comenzaron a relucir tanto que tuvieron que cerrar sus ojos. ambos se desesperaron ante ese inesperado lucir que el hombre campesino accidentalmente cayó a la fuente golpeando su cabeza, justo cuando el brillo se debilitaba. al encontrar tu otro cristal se convierte en la nieve apagando las brisas del fuego de tu agonía que te sofoca de alba a ocaso. por lo que su unión se fortalecía, más se templaban sus corazones, nunca se sintió mal; era cálido, hasta que el joven falleció por el golpe fue cuando la muchacha sintió lo contrario. se sintió desgarrada, vacía de un momento a otro cuando creyó que su ardor por fin se aliviaba pero ¡oh! si lo hizo. acurrucada en su cuello lloraba, sin la claridad de su juicio por lo que sucedía solo lograba entender la bruma de la oscuridad de la noche. una daga se ilumino antes sus ojos y resbalando de la mano del ángel de piedra de su derecha, la tomo por inercia.

con su voz átona dijo 'entonces seré breve, daga oxidada. allí húndete, y déjame morir' enterró la daga en su pecho, solo había frío dentro de su corazón, con su cristal hecho trizas agonizo al lado del cuerpo de su alma hasta a morir. sus cuerpos encajados perfectamente, una pieza que se completaba con el otro. ninguna otra hubiese encajado mejor sin dejar espacio alguno" wyatt pensativo le entregó un vaso de agua a su abuela, su garganta seca a causa de la enfermedad.

"es una triste historia que da a mucho que pensar, pero no puede ser real" dijo el ruloso de forma gélida.

"oh si que lo es hijo, algún día lo sabrás" respondió myler, frunciendo el ceño oleff, preguntó por qué.

"no olvides que tienes un cristal en el pecho al igual que el resto, como la mayoría de los recién nacidos, dicho cristal se encuentra en el centro donde esta situado cerca del corazón. no sabrás que piedra es hasta que te encuentres y enamores de tú alma gemela o estén juntas brillaran sus pechos, dependiendo del color se sabrá que piedra preciosa es. luego de la primera vez lo hará cada vez que estén felices, sus momentos especiales o hasta cuando uno este en peligro, la piedra siempre va a brillar, incluso por algo mínimo e inesperado" explicó. wyatt alguna vez vio un pequeño destello azul desde el centro de los torsos de sus abuelos.