;; The one who.

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Para un niño de tan solo cinco años, es difícil de entender muchas cosas. Pero a veces, el cerebro puede desarrollarse más rápido a temprana edad, eso es por causa del arduo estudio que algunos padres optan por implementar en sus hijos. Uno de esos niños eran Kai Kamal Huening.

—¿Who is the most intelligent kid in the world?.— Cuestionó la mujer.

Quién es el niño más inteligente en el mundo.— Respondió el niño.

Bien Kai, Siguiente. ¿Why kids loose their parents?.— Volvió a cuestionar.

Porque los niños pierden a sus padres.— Volvió a contestar Kai.

¿Puedes responderla?.

Porque las personas no viven para siempre.— Soltó el niño entre un suspiro.

Bien, entonces, ¿Porque perdiste a tu padre?.

Porque murió.— Bajó la mirada a sus pequeñas manos.

Bien hecho Kai. A desayunar, vamos.— La mujer se puso de pie, salió de aquella habitación dejando solo a Kamal.

La vida del pequeño Huening había Sido así, su madre le dice que su padre a muerto, pero en realidad, el no tiene ni la menor idea de si eso es verdad, ya que no sabe que es lo que pasó con exactitud. Pero el tiene que decir lo que su madre quiere escuchar, aún que en realidad esto se convertía en un pequeña tortura para Kamal.
Pasó sus manos por sus ojos , aquellos bellos e extraordinarios ojos. Su iris mantenía entre tres colores, algo muy inusual.
En sí, sus ojos contenía más color café, luego tenían lineas rojas y azules, algunas de las líneas se mezclaban causando un tono violeta, pero los colores se notaban fácilmente. A decir verdad, sus ojos son hermosos, pero, en cada parte de este mundo hay personas que ven cosas como éstas "Raras", por eso, el algunas veces ha recibido críticas por tener ojos raros.
Pero el siempre fue más inteligente que otros, defendiendose con un, "No soy raro, solo soy extraordinario, algo que tú no eres".

Kamal al ya estar con su uniforme escolar, se dirigió a la cocina, bajando escalón por escalón, contando uno por uno, así pensando en algo distinto por cada escalón, su madre le había enseñado a hacer eso.
Ya abajo, se sentó en una silla frente a la mesa, viendo aquel desayuno frente a sus ojos, comenzando a comer.
Poco después, termino su desayuno, su madre le dirigió una mirada, el se la devolvió.

Vamos Kai.— Dijo la mujer tomando su bolso, teléfono e llaves dirigiéndose a la salida del lugar.

Kamal solo asintió tomando su mochila así acomodando su uniforme, dirigiéndose a dónde su mayor.
A Huening lo habían metido a la escuela a los cuatro años, lo solían llamar el "Bebé del salón", y el "Niño Prodigio", le podían haber movido a un año más, por el hecho de ya saber bastante por el exceso de estudio que su madre le implementaba, pero el prefirió quedarse en su grado, no quería llamar la atención ni nada, aún que ya lo hacía por el hecho de que a los cuatro ya estar en primero de primaria.
Ahora con sus cinco, va a segundo, no se lleva bien con todos los alumnos, alguno le mantienen un cierto odio por ser el favorito de los profesores, otros no le dan importancia. Así se podría decir que sus únicos amigos son los profesores, preceptores, el personal y el director.

No podré ir por tí a la tarde, ¿Crees poder volver solo?.— Dijo la mayor dándose vuelta para ver a su hijo quien se encontraba en el asiento trasero del auto.

—Si.— No dijo nada más y bajó del auto, acomodando su mochila e uniforme.

No era la primera vez que tenía que volver a casa solo, ella siempre se quedaba hasta tarde en el trabajo. Pero para el no era problema, lo que hacia su vida más triste, era la falta de atención que su madre presentaba hacia el.
Por suerte, el conocía a alguien, bueno, el no sabía si ese "Alguien" existe en realidad, ya que aparece y desaparece de la nada, pero ese Alguien lo proteje, lo cuida, y le da atención cuando nadie lo hace.

Darkness.  .‹YeonKai›.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora