II

2.9K 400 195
                                    

Nunca había despertado con alguien a su lado, nadie que no fuese Junmyeon después de una maratón de películas de Barbie, maratón que, durante las últimas semanas había compartido junto a su nuevo inquilino, porque su mejor amigo estaba demasiado ocupado cuidando al gato de su novia.

De todas maneras, agradecía al gato, gracias a él podía pasar un poco más de tiempo junto al chico sin identidad.

Baekhyun le sonrió al abrir los ojos, su cabello continuaba siendo naranja después de que Chanyeol y él fueron de compras por un tinte. El beisbolista no había pintado el cabello a nadie en su vida, pero como primerizo en la materia no estaba muy lejos de montar su salón de belleza gracias a los tutoriales en internet que le salvaron la vida a él y al cabello del chico.

—¿Cómo dormiste anoche, Duraznito?

—Bien...

Se escondió bajo las sábanas antes de escuchar lo que Chanyeol tuviera que decir, porque ya sabía a donde llegarían sus palabras. La mirada que le dio le dijo todo antes que pronunciara cualquier palabra.

—¡Lo siento! —gritó esperando que no dijera nada, no quería pasar otra vergüenza como esa. Sin embargo, no había sido la única en ese mes y hasta pensarlo lo hacía ponerse rojo de la vergüenza.

Chanyeol le quitó la tela de encima y, pestañeando lentamente, le sonrió—. La próxima vez procura no patearme tan fuerte mientras duermes, la primera vez me pateaste las bolas y hoy terminé casi dentro del baño.

Soltó un grito que se convirtió en una risa al ver como la expresión seria de Chanyeol se desvanecía rápidamente para acompañarlo entre las carcajadas, continuaron riendo por la situación hasta el almuerzo sin poder contener cada risa que quería escapar por sus labios cada que se daban una mirada.

Junmyeon llegó después de días sin dar una señal, sosteniendo una montonera de bolsas hasta con su boca.

—El menú del día de hoy es variado, ya sabemos que calabacín tiene algunas comidas favoritas, así que como terapia del doctor Kim, es decir, el hombre que les habla, decidí traer toda esta mierda para que engordemos juntos y me salgan granos en el culo tan molestos como mi suegra. Bon appétit!

Baekhyun hurgó entre las bolsas buscando algo dulce, con el paso de los días había comprobado que su dieta básica consistía en mucha azúcar y café de máquina, comerlos lo hacían sentir a gusto, más aún si miraba por los cristalinos ventanales del gigantesco departamento de Chanyeol.

Estaba seguro de que en alguna de esas calles en la lejanía se encontraba su hogar.

Le sonrió al representante llevándose dos galletas a la boca, las de chocolate eran sus favoritas, pero había encontrado un gusto en las de té verde y, si las combinaba, todo le resultaba mejor. Chanyeol le quitó una de las manos y se la echó a la boca mientras se miraban, frunció la nariz porque había sido robado y se encogió de hombros cuando Junmyeon le tendió otra.

—Mañana no podré acompañarlos al supermercado, tengo una videollamada de último minuto con Aaron para discutir sobre tu estado actual, lo peor de tener que hablar con él, es él.

—Mis condolencias, es un alivio tenerte como representante personal.

Is in ilivii tinirti cimi riprisintinti pirsinil —lo imitó con la voz más aguda que se le ocurrió, la misma que salió de su boca cuando un niño de trece años lo golpeó en las bolas en medio de una fiesta de cumpleaños—. Aumenta mi sueldo entonces, tengo que aguantar que ese imbécil me trate como un chino porque "chin, chang, chon, Kim Junmyeon, eres mi chinito del sur favorito" —imitó la voz del norteamericano con más molestia de la que su cuerpo podía contener, en cualquier momento se le metía el diablo y comenzaba a gritar como un loco en alguna lengua muerta.

Golpe de SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora