¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Anna
-Eres aun mas hermosa de cerca- su voz, puedo notar que no solo a mi me afecta de esta forma extraña estar cerca de este hombre
-disculpe- trato de abrirme inútilmente, este hombre es enorme y me impide el paso para rodearlo
-te ofrecí una invitación hace un rato, no me gusta ser rechazado- oscurece la mirada de una forma que lo hace lucir peligroso y atrayente
-lo sé, pero no acostumbro a aceptar invitaciones de extraños- le digo interponiendo una buena distancia entre los dos -y si me disculpa debo irme... mi novio me espera
Vuelve a avanzar los pasos que yo había retrocedido y vuelve a quedar aun mas cerca que antes a tal punto que nuestros labios se rozan
-tu novio no está en esta ciudad y tampoco espera por ti y tu amiga mucho menos, deja de ser tan testaruda y ven conmigo
Definitivamente esta situación se va tornando mas extraña de lo que esperaba y por mas atrayente que me parezca el monumento frente a mi no seguiré soportando esto
-Signore
-Michell... Michell Romano- me suelta de pronto dejándome sorprendida
Michell romano es el hombre que acaba de comprometerse con su novia y está aquí haciéndome una invitación a su vip privado
Siento la bilis subiendo por mi garganta y no se muy bien como lo consigo, pero lo hago a un lado y logro salir a la avenida, necesito con urgencia llegar a mi habitación y descansar fue una noche larga y con emociones muy fuertes.
Michell
-Padre, intenté acercarme a la farfalla nera y fue inútil
-te advertí que me dejaras este asunto a mi michell.
-Tiempo, padre eso no lo tenemos el asunto de Eduardo debe acabar y maldita sea... esa mujer es la única que puede hacerlo sin levantar sospechas y sin quedar nosotros condenados en esto.
-Sedere Michell pero solo diré que necesitamos a esa mujer así que asegúrate de traerla aquí cuánto antes- me dice mi padre saliendo de mi despacho.
Está situación me tiene al borde de un colapso. Eduardo VillaReal está volviéndose un dolor de cojones y todo lo está haciendo mal y prefiero cortar esta situación de raíz pero al ser un hombre poderoso en Sicilia necesito hacerlo sin levantar sospechas de que la familia Romano tuvo algo que ver.
Tomo mi teléfono y decido pedirle ayuda y uno de mis segundos más leales
-Domenico, necesito que hagas algo por mí... tráeme a la farfalla nera.