Capitulo 1.2

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Quince años antes...

Tenía tan solo 10 años, vivíamos en Playa Costa, un pueblo, pero que pudiese llamarse una pequeña ciudad con un pequeño parque de atracciones y pequeños edificios incluso un hospital poco más grande que aquel que verías en un pueblo, teníamos una costa, la playa de allí el tonto nombre, era un lindo lugar, donde una vez fui feliz junto a mis padres, vivía con ellos en un pequeño grupo de departamentos en el centro del lugar, Joshua vivía no tan lejos en otro grupo residencial, en aquel entonces tan solo éramos un par de niños.

Pero un día, nuestro padre de la iglesia, reunió a todos, todos los creyentes llegaron a la construcción, una iglesia muy normal, hecha con madera y ladrillo, era la única de todo el pueblo, mis padres no asistían a ella pero ese día por una extraña razón decidieron ir, ya que todos eran llamados al lugar, a excepción de mí que fui dejado por ellos al cuidado los Fitzgerald, los padres de Joshua.

Josh y yo jugábamos, felices fuera, cuando sus padres corriendo, nos subieron a su auto y comenzamos a irnos, acelerando el auto y atravesando las calles lo más rápido que podían.

- ¿Dónde están papá y mamá? – Pregunté.

Ambos se miraron, pálidos, y Joshua se encontraba asustado, no teníamos ni idea de que sucedía.

- Debemos... debemos ir Dixon – Dijo la madre de Josh.

- ¡Ni hablar Sonya! – Contestó el padre de un grito.

- Pero... ¡Tenemos que asegurarnos!

Mientras discutían un hombre se atravesó y le atropellaron, voló unos metros en el aire y cayó en el pavimento, rompiéndose el brazo de manera tal que su hueso era visible y de sus arterias salían pequeños chorros de sangre, con una mirada perdida se levantó el hombre, mirando en dirección al auto pero con ojos al cielo; repentinamente se fijaron en nosotros y una larga y siniestra sonrisa dibujo en su magullado rostro, una expresión tenebrosa diría yo.

Arremetió contra el auto mientras su brazo se movía derramando sangre en el vidrio y el pavimento, la madre de Joshua gritaba, y el padre decidió retroceder.

- ¡Carajo! – Exclamó mientras miraba hacia atrás – Debo tomar otro camino.

Josh y yo nos encontrábamos en shock, nunca habíamos visto algo así, pues aún no nos dejaban ver películas violentas o de terror, cambiamos de dirección y el padre de Joshua solo aceleraba más y más.

- ¡Perfecto ahora debemos pasar por la estúpida iglesia! – Exclamó dando un fuerte golpe al volante.

Fue entonces que lo noté, todo el pueblo se había vuelto una locura, muchos intentaban salir, otros solo golpeaban y hacían destrozos, en una oportunidad vi a una mujer saltar hacía otro automóvil.

- ¿Qué está sucediendo aquí? – Decía la madre de Josh observando aterrada el panorama.

- Sea lo que sea debemos irnos.

Y Allí llegamos, a la iglesia, y lo vi todo, el lugar era solo fuego y más fuego y habían múltiples cuerpos fuera, personas desmembradas, decapitadas, envueltas en una cobija de sangre, en todo el pasto del patio del sagrado lugar, pero ninguno era mis padres; fue entonces que en un extraño impulso decidí salir, el padre de Josh salió detrás de mí.

- ¡Tommy, alto niño!

Los vi, primero salió él, quemándose, gritaba del dolor a casusa de la calcinación, sus gritos desesperados eran aturdidores, solo pedía ayuda, caminó un poco y se lanzó al suelo, yo quede inmóvil, petrificado; luego fue ella, caminaba lento, y sangre era expulsada desde su boca, yo comencé a llorar, entonces lo vi; era gordo, y su rostro estaba oculto bajo una máscara blanca manchada en sangre, tomó a mi madre del cabello, le arrodilló y con tres fuertes golpes con una especie de machete oxidado, le decapitó, la sangre salía y su cuerpo cayó ya sin vida y sin cabeza en el pasto, su cabeza quemaba y con horrorosa expresión estaba en su otra mano; miró a mi padre que se revolcaba en el suelo, y sin pensarlo dos veces le mató a golpes, con unos cuantos fue suficiente para que él dejará de moverse, su sufrimiento se había acabado, sin vacilar y con poca importancia lanzó la cabeza de mi madre junto a él como si de una simple carga más se tratase, nos miró a nosotros y en sus ojos se divisaba él portal hacía el mismo infierno del que podría tratar su repulsiva y trastornada mente.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2020 ⏰

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