cenizas tormentosas.

Capítulo uno. Angel nocturno

CENIZAS TORMENTOSAS

Angel Nocturno:

Un día me pregunte a mi mismo... después de tantos años que iba hacer con mi vida, ¿que se supone que quería llegar o aspirar.? Sabia que era una pregunta difícil ya que nadie puede elegir su futuro, y mucho menos su destino. Yo quería una vida sencilla, apacible, tranquila, una vida que la mayoría de las personas desean o desearían como yo deseo tener. Se que la vida no es fácil de digerir, pero hay muchas personas que parecen que hubieran nacido con ese tipo de don. Estaba ya harto. trabajaba noche y día por un sueldo mediocre, no tenia muchas ganas de vivir, siempre me encontraba cansado y angustiado. No me quejaba, pero me daba rabia de que se aprovechen de la gente, y las exploten hasta un punto de convertirlos en medio zombies.

Era mi cumpleaños. me encontraba solo en mi casa, ya que después de trabajar no me apetecía nada más que tumbarme en la cama y no pensar en nada. Me empecé hacer la cena, algo que no fuera muy lento para poder irme a dormir, A si que me hice un bocadillo, algo simple y rápido. Después de terminarme el bocadillo me lave los dientes y fui a mi cuarto a quitar todo lo que tuviese encima de la cama, para al fin poder dormir. El viento silbaba en aquellas cuatro paredes pues me deje la ventana medio abierta. Fue un error mio ya que al vivir a gran altura un frío enorme se concentraba en mi cuarto. Un frío tan helado que ni 6 mantas de lana me hacían entrar en calor. Era lo que había, dormir con frío o no dormir, a si era mi vida, a si vivía... Me puse rápidamente el pijama para conservar el calor que llevaba, antes de que me convirtiese en un copito de nieve, deje el móvil en mi mesilla para tenerlo a mano por la mañana, puse el cargador y cerré los ojos... Al cabo de un tiempo el viento me despertó, ya que aumentaba y disminuía. Golpeando las persianas contra el cristal una tras otra. No tenia muchas ganas de levantarme para subirlas a si que no le di mucha importancia. Eran las 3.26 de la madrugada, era un poco tarde y yo quería dormir como fuese... Al final me harté y me levante a subir las dichosas persianas que interrumpían mi sueño, al volver la cabeza hacia la cama para mi sorpresa una mujer me miraba, ella estaba allí, en mi cama, de rodillas y mirándome fijamente a la cara...