Narra Samuel
Las mañanas aquí siempre han sido frías pero he de reconocer que aquella lo era aun mas
Era la víspera de Navidad y el ambiente lo decía a gritos : gente a montones por la calle junto con millones de adornos navideños, estaba claro que me encontraba en EEUU y por aquel motivo amaba tanto estar ahí
No hay nada como estar en casa con tu familia pero en cuento a épocas festivas cualquier rincón de America era una fiesta
Me hubiera gustado quedarme en Los Angeles pero ya hacia tiempo que no visitaba a la familia y ya era hora.
No solo era el echo de aquel ambiente tan único y especial que desprendía America la razón por la que deseaba pasar las navidades allí sino algo incluso más fuerte me hacia aferrarme a quedarme : Guillermo
Mis primeras navidades con el;con la persona que amo y la que protege todos los días, todo seria tan mágico si ambos quedáramos aquí siendo libres de poder disfrutar de nuestro amor en estas fechas tan marcadas pero la familia y el tiempo lo impiden.
Yo me iré un poco antes que el y estaremos algo separados por varios días y por eso quiero hacerle un regalo maravilloso.
A penas se podía ver con tanta gente a mi alrededor y era normal, la mayoría buscan un regalo decente, como yo.
A cada paso que daba recordaba cada uno de nuestros besos en las distintas partes de aquella ciudad y es que allí somos libres, podemos ser y hacer cualquier cosa y es por eso que quería encontrar algo con lo que pensara en mi y en el echo de volver a vernos.
Camine por horas pero el entusiasmo mezclado con la ilusión de sorprender a mi pareja hacia que tuviera fuerzas hasta que encontré algo que estaba convencido que le encantaría
Llegue a casa destrozado pero había valido la pena.
No mas dar unos pasos me encontré con que todo estaba oscuro. De no ser por dos pequeñas pero potentes luces nunca hubiera podido encontrar el interruptor.
Al hacerlo vi como una bonita mesa decorada con tonos rojos y blancos irrumpían en el amplio salón y a su lado la persona la cual amaba con todo mi ser.
El sonrío de la forma mas tierna del mundo cosa que me hizo morir de felicidad.
Corrí a sus brazos emocionado y nos dimos un cálido beso.
La cena fue exquisita para a ver sido hecha por el ya que a penas sabia cocinar.
Durante esta no hablamos sobre el echo de no vernos en mucho tiempo cosa que no me molesto en absoluto.
Cuando acabamos nos quedamos en silencio perdiéndonos en la mirada del otro, entonces supe que era el momento perfecto para darle mi regalo
Le extendí un sobre marrón con una sonrisa misteriosa, el sonrío y lo abro entusiasmado.
Al ver que se trataba de un día de relax en un balneario de Las Vegas casi se cae de la sila de la emoción cosa que hizo que riera desconsoladamente.
Su turno había llegado y yo esperaba ansioso su regalo.
El sonriente me extendió una caja de madera minúscula.
Me entristeció el echo de ver cuanto esmero le había puesto yo a mi regalo y que el a penas se hubiera molestado en buscar algo mejor.
Algo molesto abrir de mala gana la caja encontrándome con otra igual de pequeña pero esta vez de un color pastel.
Yo lo mire extrañado pero el simplemente me sonrío.
Abrí la caja encontrándome con dos bonitos y delicados anillos que llevaban escrito una W y una S entrelazadas
Yo lo mire emocionado y el me susurro al oído :
«Las cosas grandes muchas veces se encuentran en los envoltorios mas pequeños »