Hoy, día 29 de mayo, cumple un año más. Ya se está empezando a notar algo mayor, pero es que ya tiene 68 años. Y como todos los 29 de mayo, debe coger su pequeño tesoro. Sin esperar ni un segundo más, de acerca a su mesilla de noche donde siempre lo guarda.
- Donde estará...- dice, como si les estuviese preguntándo a las paredes si lo han visto, en unos susurros casi mudos. Sin duda, la edad se nota, ya le duele la espalda y solo se a inclinado un poco para abrir un cajón, por eso, no le queda más remedio que sentarse encima de la cama para buscar sin ese horrible e insoportable dolor de espalda.
Al cabo de un par de minutos por fin lo encuentra, se prometió a si misma leer aquel bonito diario cada vez que cumpliera años, para que cuando fuese mayor no tener alzheimer ni cosas de esas. Y sin duda, fue una idea genial. Por qué, aún que no esté muy segura de que le ayude mucho y pueda prevenir la enfermedad, si que es cierto que la ayuda mucho a no sentirse sola, y, además, cuando fue madre, aquel pequeño diario, le ayudó a comprender mejor a sus hijos.
La primera página está en blanco, por eso pasa a la siguiente, donde encuentra el principio de su pequeña, pero intsensa vida. La historia comienza con la fecha del día que está escribiendo en aquel pequeño cuaderno.