"Be strangers again"

Be Strangers Again (Capítulo único)

Izuku alguna vez leyó como el tiempo parece detenerse cuando ciertas cosas ocurren; cómo la gente se queda atrapada en ese largo instante mientras todo lo demás se mueve en cámara lenta.

Pero para Izuku no ocurrió así. Un instante estaba riendo con Uraraka y al siguiente, ahí estaba Katsuki.

Fue una décima de segundo en que sintió un vacío en el estómago y que sus orejas se pusieron rojas, pero hizo a un lado la sensación y sonrió. Katsuki asintió en respuesta.

-Deku.

-Hola, Kacchan-. Dijo con suavidad, casi con dulzura porque, cualquier cosa que hubiera ocurrido antes, cualquier cosa que se hubieran dicho, fue hace bastante tiempo atrás.

Estuvieron juntos por cuatro años, lo suficiente para que pasaran de ser novios a buscar algo más permanente. Justo lo suficiente para que el romance fuera reemplazado por rutina y las noches llenas de pasión por otras cómodas y tranquilas.

Tiempo suficiente para crecer, madurar y apartarse. Solían querer las mismas cosas... hasta que ya no fue así.

En perspectiva y a través de los lentes de la madurez y de sus ahora 30 años, Izuku sabía que fue culpa de ambos y a la vez de ninguno; a veces así es como ocurre.

Esta noche que vio a Katsuki después de cinco años, Izuku sonrió.

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Uraraka no le dijo que Katsuki estaría ahí, aunque Izuku no estaba realmente sorprendido de verlo. Era una fiesta que la clase A había preparado para darle la bienvenida a Japón después de cinco años de ausencia. Fuera como fuera, Katsuki era parte de la clase A y tenía todo el derecho de estar presente.

Izuku esperaba un encuentro incómodo.

Cuando dejó Japón estaba furioso con Katsuki y quería lastimarlo de la peor forma posible, así que se fue, privándolo de su presencia; un caso de 'si realmente no me quieres, no me vas a tener'. Quería que Katsuki sintiera ese vacío en su vida y que le doliera, casi tanto como a él mismo le dolía.

Sin embargo, Izuku no estaba hecho para ser un amargado, tenía espacio suficiente para el amor y la felicidad.

El cambio de ambiente le ayudó: nuevo trabajo, nuevas personas, nuevo idioma. Ya no tenía los recordatorios diarios de que él y Katsuki solían frecuentar cierto lugar o hacer tal cosa en tal lado.

Era como un hermoso lienzo en blanco que distrajo a Izuku al inicio y que luego lo ayudó a sanar.

Después de casi un año en su nuevo hogar, Izuku finalmente encontró a alguien que le interesó. Apenas duró tres meses pero fue suficiente para que el peliverde se diera cuenta de que podía ser feliz con alguien que no fuera Katsuki.

Izuku lloró largo y tendido por el descubrimiento, sollozando con dolor contra unas sábanas que no olían para nada a dulzura quemada. A veces dejar ir a tus sueños es más duro que renunciar a la cosa real.

Y luego, tiempo después, Izuku encontró a alguien más a quien amar. Eran sinceramente felices, hasta que ya no lo fueron.

Pero ahora Izuku era mayor y más sabio, ahora sabía que a veces las cosas simplemente no funcionan; a veces terminan y no hay nada que puedas hacer, excepto tratar de salvar lo más que puedas de la relación. No te precipitas a decir palabras que ya no podrás retirar para que ambos puedan hablar de nuevo de ser necesario y ninguno atraviesa medio mundo sólo para cerrarse la puerta en la cara.