Capítulo 8

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Al día siguiente en los noticieros hablaban sobre la muerte de los jugadores de Libertytown y Francis seguía prófugo de la justicia.

La madre de Fleur estaba asustada y temía sobre la integridad de su hija, pero no podía decírle lo que ella sabía.

Sabía que probablemente estaba fallando cómo madre pero quería decir lo que sabía.

Era un secreto que quizá pensaba llevarse a la tumba.

- Mamá ya debo irme a la escuela, ¿mamá qué te pasa? - le preguntó la pelirroja con preocupación al ver a su madre llorando.

Ésta se limpió las lágrimas rápidamente y fingió una sonrisa.

- Que tristeza lo del suicidio de esos chicos y la desgracia que le sucedió al otro muchacho - confesó preocupada.

Muy en el fondo de su corazón Fleur sabía que su madre no lloraba por ello, quería saber más pero sabía que su madre no le diría la verdad.

La muchacha aún seguía adolorida recordando que algunos la estaban aplastando sin compasión alguna y Trevor la salvó de morir.

Pero Trevor no dejaba de ser un mentiroso y un idiota, pensó que eran amigos pero al parecer no era así, él no confiaba en ella y ella odiaba a las personas que ocultaban secretos.

- Me voy a la escuela - se despidió la pelirroja y sin decir nada más se marchó.

El día no dejaba de estar nublado y eso hacía que el ambiente en el pueblo de Libertytown fuera demasiado tenebroso.

Extrañaba la compañía de Gretchen, la divertida morena que siempre le contaba lo que hacía día a día.

Pero ahora ya nisiquiera le mandaba mensajes y todo por estar con su nuevo novio.

No lo conocía pero cuándo eso sucediera iba a querer asesinarlo y vaya que iba a querer matarlo cuándo se enterara de una verdad sorprendente sobre la identidad del novio de Gretchen.

Mientras el pelinegro seguía en su casa, obviamente aún no sé sentía nada bien, Trevor descubrió algo que jamás hubiera querido saber.

Recordó lo que pasó semanas antes de pelearse con Fleur.

Su padre lo mandó a limpiar un poco de cosas que ya no necesitaban, Trevor aún seguía en silla de ruedas sabía que podía hacerlo, su madre estaba tejiendo, por lo que no notó a dónde se dirigía su hijo a revisar, si tan sólo se hubiera dado cuenta pero afortunadamente no fué no lo hizo.

Muchas veces es necesario saber la verdad por muy dolorosa que sea.

Cuándo Trevor estuvo revisando y tirando a la basura objetos y papeles encontró algo impresionante.

Era su acta de nacimiento pero con un formato diferente, lucía algo antigua y eso sorprendió al muchacho, además tenía datos muy diferentes cómo por ejemplo, el nombre de sus padres.

En dónde debía el nombre de su padre tenía otro muy diferente.

Cayden Adams Traynor.

Edad: 25 años.

Trevor frunció el ceño sintiéndose confundido y cuándo iba a preguntarle a su padre sobre eso leyó algo que resolvió sus dudas.

Nombre de la madre: Mandy Livenson Greene.

Edad: 22 años.

Nombre del niño: Trevor Adams Livenson.

Fecha de nacimiento: 13 de Abril de 1993.

El pelinegro negó con la cabeza sin poder creer nada de lo que la vieja acta decía.

Nada de eso tenía sentido.

No podía tener 27 años, por supuesto que no, eso era un terrible error.

Y porqué tenía el nombre de Cayden, ¿qué clase de broma era esa?

Cuándo fué a la sala a aclarar dudas con sus padres, éstos al ver a su hijo con su acta original se quedaron mudos.

- Papá, mamá, ¿qué es ésto? - les enseñó el acta.

La madre de Trevor se puso el corazón en el pecho y su padre bajó la mirada.

- Tengo 18 años soy del 2002 no de 1993, ¿y porqué están esos nombres en dónde debería estar el de ustedes? - preguntó el muchacho con un nudo en la garganta.

Claro que él no era ningún estúpido, sabía lo que pasaba con el acta, sabía que los que estaban frente a él no eran sus padres biológicos, pero quería escuchar la verdad de parte de las únicas personas que conoció como padres toda su vida.

- Trevor... - su padre iba acercandose

- ¡¡No se atrevan a tocarme sólo diganme la verdad!! - se sobresaltó y retrocedió la silla de ruedas sintiéndose furioso.

- Nosotros no somos tus padres biológicos - le confesó su madre con lágrimas en los ojos.

- ¿Porqué me ocultaron algo así? - les preguntó el pelinegro sintiéndose engañado.

- Tus verdaderos padres eran unos drogadictos y efectivamente naciste en 1993, en ésta caja hay algunas fotos - susurró la madre de Trevor.

El pelinegro avanzó con la silla de ruedas y le arrebató de las manos a su madre la caja, abrió la caja con desesperación tirando la tapa de cartón pero no le importó hacerlo.

Cuándo revisó las fotos vió algo que le impresionó, era el mismo Cayden que estaba en el último año de preparatoria, el pelinegro comenzó a sentirse mareado.

Nada tenía sentido, porqué se veía exactamente igual que hace 27 años y, ¿qué cosa era para que se viera exactamente igual?

¿Un vampiro?

Por supuesto que no, Cayden era mucho peor que eso y cuándo Trevor lo averiguara desearía no haberlo averiguado.

Sobre todo cuándo escuchó otra confesión de parte de sus padres.

- Lamento no habértelo dicho antes hijo, ¿pero qué sentido tiene? Cayden y Mandy están muertos desde entonces, bueno desde que sucedió la peor desgracia en Libertytown.

Trevor cayó de la silla de ruedas impresionado, si Cayden y Mandy estaban muertos, ¿Marlon, Adler y Greyson también?

Nada tenía sentido.

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En Libertytown nada tiene sentido y ya tenemos un secreto revelado, pero todavía falta mucho más.

Les juro que hasta las muertes en las personas de Libertytown tienen sentido aunque no lo parezca, son pequeñas piezas del rompecabezas que apenas está comenzando a armarse 😏

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