Pole dance (RanWan)

Capítulo Único

—¡No tienes que poner resistencia! ¿qué tiene de malo ir? ¡sólo será una vez!

El director de la universidad junto con su esposa intentaban sacar a su mejor trabajadora de la casa. Madam Wang había llegado antes para bañarla, vestirla y maquillarla pero ahora se encontraba más renuente a salir.

¡Estaba actuando como una niña!

Compórtate Chu WanNing.

—Iré si permites que Xue Meng reciba clases de patinaje en Rusia —con la espalda recta intenta negociar al recordar que su alumno, el más querido de los cielos, lloraba desconsoladamente en su regazo, tal cual niño mimado.

—¿Mi hijo te dijo eso...?

—Claro que me lo dijo, soy su madrina después de todo. Ya expuse mi única condición.

Madam Wang estaba del lado de Chu WanNing y creía que su esposo era alguien razonable así que lo miró con los ojos lleno de lágrimas. Quería que su hijo cumpliera su capricho además de que tendrían más tiempo para ellos solos.

—No puedo hacerlo. Es mi bebé —se lamenta, estaba triste, ya no quería salir a ningún lado.

—Ya hicimos una reservación querido.

—Hum...

(...)

Finalmente pudieron llegar a un acuerdo. Xue Meng ya tenía permiso para ir a Rusia pero tiene que ser acompañado por Mei HanXue. El chico no estaba para nada contento pero no quería perderse esa oportunidad.

Chu WanNing con una mirada abrasadora agarraba su cartera contra su pecho voluptuoso, para taparlo de la mirada nerviosa del taxista. No le gustaba salir en esas fachas "provocativas" pero al mismo tiempo sentía que no era tan malo, se miraba al espejo y apreciaba su cuerpo curvilíneo de reloj de arena. Su piel clara contrastando con su cabello oscuro y mirada filosa. Le costó mucho recuperarse y encontrarse a sí mísma después de una trágica ruptura, no se cuidaba bien, hacía desastres y se sumergía en el trabajo. No era ella pero gracias a las personas que la rodean en su día a día pudo sellar esa brecha y se enamoró de nuevo. La diferencia es que esta vez todo se fue a la mierda por su propia culpa, estar enamorada de una estudiante no era nada ético y Mo Ran tampoco se lo dejaba fácil. Inesperadamente fue correspondida pero su propia inseguridad hizo que se distanciara de ella. Ahora han pasado tres años y Mo Ran desapareció mágicamente de la faz de la tierra.

Todos los días pensaba en ella.

En cómo no pudo restringirse y caer en la tentación.

Soñaba con las dos revueltas en la cama, cumpliendo sus fantasías y amarse.

Nunca pudo probarla más allá de su boca.

Nunca pudo olvidarse de ella.

Pero el destino era tan mierda y complaciente.

(...)

—¿Deberíamos pedir jugo o alcohol?

—Lo que mi amada quiera, si te vuelves loca yo estaré para cuidarte.

—¡Por eso es que te amo! —atrapa a su marido para darle un beso.

Chu WanNing se sonroja de las orejas. La pareja siempre tiende a ser melosa en cualquier lugar, no tienen ni una pizca de consideración con ella.

—¿No venden té? ¿vino de peras blancas? —pregunta inocentemente. Madam Wang se ríe.

—No, o es jugo con poco alcohol o un cóctel —ella llama al mesero para que les tomara la orden.