I.

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24 de Diciembre del 2014.

Señor,
Samuel De Luque.
Feliz navidad, mi amor.

Anda ya, quizás debería dejar la costumbre de llamarte de esa manera, perdona. Solía ser mi manera favorita de llamarte cuando estabas conmigo.  Pues… técnicamente hablando, porque nunca estuviste conmigo.

Estaba pensando. Es veinticuatro de diciembre y no puedo evitar de acordarme de que, hace ya exactamente un año, las cosas comenzaron a ir mal entre nosotros dos. Los problemas, las peleas, el primer grito. Recuerdo que temí demasiado ese día, incluso me rehusé unas veinte veces a salir de fiesta. No podía dejar de ver la pantalla de mi celular esperando un mensaje.

Que patético era.

Sin embargo, nunca tuve un mensaje de tu parte. Incluso podía verte ahí conectado publicando cosas como si estuvieras feliz, como si no estar conmigo ese día no te afectara en absolutamente nada. Me sentía vacio, infeliz. Nunca había llorado en una navidad. Miento, una vez llore en veinticuatro cuando me regalaron el videojuego que quería. 

Creí que para esta navidad ya lo habría superado, pero estaba en un gran error. Aun no lo supero, Samuel. Aun no se me olvida tu cara, ni tu sonrisa, ni tu voz cuando te referías a mí con alguno de esos seudónimos melosos que en cierta parte detestaba.

El anterior año nuevo aun seguía con las esperanzas de que todo volvería a estar bien, de que seguiríamos delante y comenzaríamos un segundo año juntos. Desde ahí comenzaron mis errores, quizás desde un poco más atrás y aun no lo he querido admitir. Comprendí que todo había acabado y que el año que había planeado para nosotros no era nada cuando terminamos en enero. Poco después de año nuevo.

Ya casi es año nuevo otra vez. Ya hace un año que todo acabo, pero yo sigo acá. Sigo escribiéndote. Soy tan estúpido que aun, cuando quiero plasmar mis ideas en una hoja, pienso en ti. Porque las historias de amor no vienen solas, tienen tu marca. He estado escribiendo todo este tiempo acerca de una persona que seguramente no conozco.

No te conozco, tú no eres la persona que yo conocí.

Me parece increíble de creer que ya haya pasado cerca de un año cuando habíamos jurados mil veces que estaríamos juntos hasta la muerte. Porque dijiste que nos casaríamos, porque dijiste que compartirías tu vida conmigo y seríamos felices hasta que la vida nos lo permitiera.

Pero yo estoy acá, llorando. Y seguramente tú estés celebrando con tu nueva pareja, con quienes eran mis amigos, con las personas que quieres. Me encantaría poder hacer lo mismo, pero entre esas personas que quiero estás tú, y yo sé que no vas a volver.

No es como si esperara que volvieras, no admito que sigues siendo mi primer pensamiento al abrir los ojos. Aunque quizás mis pensamientos por ti han disminuido un poco. Todo es culpa del amor, de lo enamorado que estaba.

Feliz navidad, Samuel. Feliz año nuevo.
Espero que seas muy feliz en esta vida. Te quiero.

Guillermo Diaz.

Feliz navidad. { Wigetta - Twoshot }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora