TENERTE.

3K 192 122
                                    

Elsa.

—Majestad. —tocaron a la puerta.

—J-jack... detente... —tomé aire— Un momento... —contesté al llamado.

—Oh, claro majestad.

—Mierda... —bajé mi mano y jalé suavemente su cabello, no pasó mucho para que apretara mis ojos y labios tratando de contenerme ante el presente orgasmo que me ofrecía su boca. 

—He terminado con mi trabajo majestad —replicó con burla. 

—I-idiota —me bajé de él y empecé a tratar de controlar mi respiración. 

—Vamos, no puedes enojarte, últimamente te encanta que haga eso —sonrió mirándome. 

—Pudimos hacer una pausa ¿Sabes? —creé con mis poderes una fina bata sobre mi piel, lo suficiente para cubrirme. 

—Me vas a matar así, Elsa Arendelle —comentó soltando un suspiro.  

Rodé los ojos y entre abrí la puerta. 

—Oh, lamento interrumpirles —me sonrojé poco— pero es urgente que firme estas peticiones majestad. —comentó uno de los sirvientes. 

Abrí la puerta lo suficiente como para que me entregara la charola con los papeles, por fortuna solo era leer cortos textos y firmar lo que ya se tenía tratado anteriormente. 

—Por favor, entregue a los correspondientes. —miré al sirviente mientras dejaba el último papel sobre la charola. 

—Claro majestad, con su permiso. —realizó una reverencia y de marchó del lugar. 

Sentí que jalaron mi brazo haciendo que entrara de nuevo a mi habitación y la puerta se cerró de golpe. 

—¿Qué te sucede, Jack? — me dí la vuelta mirándolo. 

—¿Puedes dejar de hacer ese tipos de cosas? —reclamó. 

—¿Qué cosas? 

—Esto, atender peticiones, responder cartas y no sé cuántas cosas más. —respondió sacando un bufido mientras me tomaba de mi cintura. 

—No es para tanto, amor. Solo he estado así dos semanas.

—Yo sé que solo han pasado dos semanas, pero tan solo pido que me des atención. —me miró inflando sus mejillas en forma de puchero. 

—Eres tan tierno. —dije entre risas mientras tomaba sus mejillas.— Siempre te doy atención, no sé porqué te quejas. 

—Bueno, será porque Anna regresa mañana y claramente vas a pasar gran tiempo con ella. 

—¿Celoso de tu cuñada? —cuestioné alzando una ceja y rodeé su cuello. 

—No, no, solo pido que en lo que ella regresa, tu y yo pasemos juntos ¿Se puede? —suspiró.

—Tu ganas. —dí un suave beso en sus labios. 

—Gracias. —me cargó haciendo que rodeara su cadera con mis piernas. 

—¿Qué piensas hacer, Frost? —pregunté acariciando su cabello mientras caminaba a mi cama.

—Falta poco para que te llamen a desayunar ¿No? —asentí— Ya, pues en este tiempo solo quiero estar acostado contigo, eso es lo que haré.—me dejó suavemente en la cama, acto seguido se posicionó encima mío.

—Me gusta ese plan. —sonreí mirándolo mientras acariciaba su abdomen. 

—No pienses otra cosa, Elsa Arendelle. 

DOS MUNDOS I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora