Prólogo

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El sentimiento de vacío que te queda cuando la persona que más amas se aleja. Cuando ya no puedes ver su sonrisa, ni abrazarle, mucho menos oír su voz. Sientes un dolor tan grande que ya no es solo sentimental, arde en el pecho, es físico y lo único que puede calmar ese dolor es volver a verla.

Llorar es una solución momentánea pero la alusión de algo tan intenso y pasional impacta en la memoria, provocando heridas que solo se curarían con su presencia. Anhelas revivir esos momentos y seguir viviendo a su lado, pero se sufre al no poder realizar ese gran deseo. La añoranza de algo que ya no es, ni será. El profundo desconsuelo que eso provoca.

El alcohol anestesia un corazón partido, pero no cura la herida. Pero es mucho mejor vivir con el corazón anestesiado, a sentir ese profundo dolor. 

ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora